Estados Unidos vivió ayer una truculenta historia. La policía del estado de Georgia puso en estado de alerta a todo el sur del país para detener a Jerry William Jones, un hombre de 31 años, sospechoso de haber matado a tres adultos y un bebé de 10 meses, y de haber secuestrado a una hija adoptiva de 10 años y dos hijas naturales de 4 y 3 años.

Jones, según Associated Press, cometió los asesinatos el miércoles. Después llamó a su exesposa Melissa Peeler, madre de las tres niñas secuestradas y del bebé asesinado. Peeler estaba en Oregón visitando a su novio y había dejado a sus hijas con sus padres, Tom y Nola Blaylock, y con su hermana, Georgia Bradley, que, según los primeros datos, eran los adultos asesinados junto al bebé.

Jones no tenía antecedentes salvo por infracciones menores de tráfico.