La Casa Blanca no cabía ayer en sí de satisfacción por el durísimo golpe infligido a Al Qaeda con el arresto en Pakistán de Jalid Sheij Mohamed, presunto "cerebro" de los atentados del 11 de septiembre y uno de los tres miembros más importantes de esta organización terrorista.

"Un auténtico pez gordo", como lo calificaron miembros del Congreso americano, por cuya captura Washington ofrecía una recompensa de 25 millones de euros (4.159 millones de pesetas).