El presidente de EEUU, Barack Obama, ha firmado un decreto para congelar todos los activos de Muamar el Gadafi y de sus hijos, en la primera de una serie de sanciones contra el régimen dictatorial de Libia.

En la orden, Obama afirma que "Gadafi, su Gobierno y sus estrechos colaboradores han tomado medidas extraordinarias contra los libios, incluyendo el empleo de armas de guerra, mercenarios y una violencia sin sentido contra civiles desarmados". Y por tanto existe un "serio riesgo" de que los activos del Estado libio serán malversados por Gadafi, miembros de su Gobierno, miembros de su familia o sus socios cercanos si no se protegen.

La orden permite al secretario del Tesoro, Timothy Geithner, en consulta con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, sancionar a cualquier funcionario de alto rango de Libia, los hijos de Gadafi, a toda persona responsable -o cómplice- de haber ordenado, controlado, dirigido o participado en violaciones de derechos humanos relacionadas con la represión política en el país magrebí.

"Se mida como se mida, el Gobierno de Muamar el Gadafi ha violado normas internacionales y la decencia común y tiene que responder por sus acciones", señaló. "Apoyamos firmemente a los libios en su exigencia de que se respeten los derechos universales y reclaman un Gobierno que responda a sus aspiraciones; la dignidad humana no puede ser conculcada", señaló.

El presidente de EEUU aseguró que las sanciones se dirigen al régimen de Gadafi y pretenden proteger los activos que pertenecen a los libios, pero y no al coronel, ni a sus socios ni a sus hijos. Obama aseguró además que, de aquí en adelante, EEUU seguirá coordinando de cerca sus acciones con la comunidad internacional, de manera bilateral y multilateral, como en la ONU.

APOYO DE LA ONU

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, ha valorado favorablemente la resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre Libia, pero ha recordado a los países miembros que a su voto deben seguir acciones consistentes y sostenidas.

En un comunicado, Clinton recibió con "beneplácito" el paso dado hoy por el Consejo al condenar en una resolución las violaciones de los derechos humanos cometidos por el Gobierno libio y la violencia ejercida, crear una comisión independiente para investigar los abusos y recomendar a la Asamblea General de la ONU suspender la participación de Libia en dicho organismo.

Recalcó que la misión estadounidense ante la ONU en Nueva York "está trabajando con socios" para crear apoyo a una resolución para suspender a Libia del Consejo de Derechos Humanos. Las medidas tomadas por este órgano, señaló, "demuestran la profunda preocupación de la comunidad internacional por los abusos en Libia", e instó a "todas las naciones a alzar unidas la voz en defensa de los derechos humanos universales".

Clinton, que viaja el domingo a Ginebra para participar en una sesión del Consejo de Derechos Humanos, subrayó que esas exigencias incluyen el cese inmediato de la violencia por parte del régimen de Muamar el Gadafi y respaldar los derechos universales de la reunión pacífica, la libertad de expresión y la libre determinación. "Los libios deben poder determinar su propio destino", destacó.

En este contexto, Clinton, que pretende reunir apoyos en el Consejo de Derechos Humanos para distintas sanciones y medidas contra el Gobierno de Gadafi, instó a los países miembros a ser consecuentes con el voto de hoy. "Al voto de hoy tienen que seguir un compromiso sostenido y acciones consistentes", concluyó.

Por último, aseguró que abordará "este reto" el lunes con sus colegas en el Consejo de Derechos Humanos, un organismo que Washington consideró en un pasado no tan lejano como inútil.

Esta es la primera vez que una secretaria de Estado de EEUU hable ante el Consejo desde que se convirtió en mayo de 2009 en uno de los 47 miembros de este organismo, en un giro radical de la Administración de Barack Obama respecto a la de su antecesor, George W. Bush. Bush se negó a participar en el órgano y votó en contra de su creación por considerarlo dominado por países violadores de los derechos humanos.

El Gobierno de Obama decidió sumarse al Consejo con la voluntad de reformar desde dentro el órgano. EEUU considera ahora que siempre podrá provocar más cambios en otros países siendo miembro que estando fuera de este foro.