Es una cuestión de días, no de semanas". Al más puro estilo cowboy , el teniente general estadounidense, James Conway amenazó ayer a los insurgentes de Faluya de que deben entregar las armas pesadas lo antes posible si no quieren "que los marines hagan su trabajo". Según informaron fuentes militares de Estados Unidos, el miércoles por la noche los rebeldes tuvieron un anticipo de lo que puede ocurrir: 36 iraquís resultaron muertos en un enfrentamiento con los marines.

La entrega de armas forma parte del acuerdo de tregua que alcanzaron el lunes los militares y los líderes civiles y religiosos de la ciudad suní. Sin embargo, según Conway, el proceso no es satisfactorio, ya que las armas recolectadas hasta ahora "caben en una furgoneta". "Si los negociadores no logran un escenario pacífico, haremos lo que hemos venido a hacer", dijo el militar en una advertencia explícita de que los marines --en el cerco participan unos dos mil-- están preparados para una segunda ofensiva contra la ciudad.

200 EXTRANJEROS Conway añadió que unos 200 combatientes extranjeros se encuentran en la ciudad y expresó sus dudas respecto a que los líderes civiles y religiosos sunís tengan algún tipo de autoridad sobre ellos para lograr que cumplan el acuerdo alcanzado el lunes. De hecho, las dudas respecto a la capacidad de la Organización de Ulemas Iraquís para negociar continúan creciendo en el seno de la coalición de las fuerzas ocupantes.

En este contexto, los combates del pasado miércoles --"puntuales pero muy intensos", según fuentes militares-- agravan la situación en una ciudad que ya fue escenario de duros combates hace dos semanas. Una nueva operación en la ciudad podría ser si cabe todavía más sangrante --fuentes sanitarias hablan de 600 muertos en los anteriores combates-- ya que, según Estados Unidos, después de que 5.000 familias dejaran la ciudad, esta vez se considerará combatientes a todos los hombres que permanezcan allí.

Mientras, en Bagdad la presión sobre los extranjeros dio una nueva vuelta de tuerca después de que un guardia de seguridad surafricano fuera abatido en una tienda del barrio suní de Adamiya. En un principio, la policía iraquí identificó al muerto como un ciudadano español, aunque horas después Suráfrica confirmó que se trata de uno de sus ciudadanos.

TRADUCTOR HERIDO El surafricano fue tiroteado por un hombre armado con un kalashnikov que, según testigos presenciales, dijo tras asesinarlo: "He matado a un judío". En el ataque fueron heridos el traductor del muerto y un trabajador de la tienda.

RETIRADA DE TROPAS EEUU ve cómo esta ola de violencia está provocando que algunos de los países de la coalición se planteen retirar sus tropas de Irak, al igual que han hecho España, Honduras y la República Dominicana. El ministro de Exteriores polaco, Wlodzimierz Cimoszewicz, declaró que su país medita reducir su presencia militar en la zona, tras las elecciones generales, que se celebrarán a principios del 2005.