Con el paso de los días, cada vez son más las dudas planteadas en torno a Nidal Malik Hasán, responsable de la matanza de la semana pasada en Fort Hood (Tejas) que se cobró la vida de 12 militares y un civil. Dudas que empiezan a poner en evidencia la actuación de los servicios de espionaje y las Fuerzas Armadas, que al parecer habían detectado hace tiempo que el psiquiatra militar mantenía contactos con un polémico imán de Virginia y conocían desde hace unos meses algunas de sus opiniones radicales.

Las agencias de inteligencia comenzaron a interceptar el año pasado y hasta hace pocos meses comunicaciones entre el psiquiatra militar responsable de la matanza y Anwar al Awlaki, un clérigo radical de origen yemení conocido por sus ataques incendiarios contra EEUU que durante años llevó las riendas de una mezquita de Falls Church, a las afueras de Washington, la misma a la que acudían dos de los terroristas del 11-S.

Sin embargo, las autoridades descartaron seguir investigando al considerar que no representaban una verdadera amenaza, según fuentes militares citadas por The New York Times , que ayer insistieron en que no había evidencias de que Malik Hasán planeara un ataque inminente.

TRIBUNAL MILITAR De hecho, tanto el Departamento de Defensa como el de Justicia han anunciado que será juzgado por un tribunal militar, ya que la hipótesis principal es que actuó solo. Por su parte, The Washington Post ponía ayer en evidencia que el autor de la matanza del pasado jueves ya había advertido en el 2007 a sus compañeros médicos que acabarían afrontando "acontecimientos adversos" si las Fuerzas Armadas no permitían a los soldados musulmanes abandonar sus filas en calidad de objetores de conciencia en vez de ser enviados al frente a luchar contra "hermanos".

"Cada vez resulta más difícil para los musulmanes en el Ejército justificar moralmente que forman parte de unas Fuerzas Armadas en contra del mundo musulmán", afirmó Malik Hasán en junio del 2007 ante una veintena de compañeros en el Walter Reed Army Medical Center. Algunos de los presentes aseguran que les pareció "muy extraño" y que sus superiores terminaron "muy molestos".

Las nuevas revelaciones se conocieron el día en que Barack Obama se trasladó a la base militar para presidir una ceremonia en recuerdo de las víctimas. Acompañado de su esposa Michelle, el presidente visitó a los familiares de los fallecidos y a varios de los soldados heridos. "Ninguna fe justifica estos actos sanguinarios y cobardes. Y por lo que ha hecho, sabemos que el asesino se las verá con la justicia, en esta vida y en la próxima", indicó. Malik Hasán está bajo vigilancia en un hospital militar de San Antonio, donde fue trasladado después de ser abatido para evitar que siguiera disparando. Con cuatro heridas de bala, Malik Hasán salió este fin de semana del coma y ahora su condición es "crítica pero estable", ya está consciente y puede hablar. Se desconoce si ha sido interrogado ya por las autoridades.

LA INVESTIGACION Mientras, algunos congresistas quieren saber si la tragedia pudo evitarse. Así, la comisión de Seguridad Nacional del Senado ha anunciado una investigación sobre el caso impulsada por el independiente Joe Lieberman. Por otra parte, el comité de inteligencia de la Cámara de Representantes ha pedido al FBI toda la información sobre Malik Hasán.