Estados Unidos sigue sin saber si Sadam Husein está vivo o muerto, pero dispone de muestras de su código genético (ADN) para poder identificarlo, si sus restos son hallados en el enorme cráter dejado en el barrio bagdadí de Al Mansur por el feroz bombardeo lanzado el lunes para asesinarlo, o en otro lugar, afirmó ayer el comandante supremo de las fuerzas estadounidenses en el golfo Pérsico, el general Tommy Franks.

"Tenemos los medios forenses para investigar estas cosas y las investigaremos", aseguró Franks, que añadió que se están llevando ya a cabo las "pruebas apropiadas en cada uno de los lugares donde pensamos que podemos haber matado a líderes iraquís".

Con su habitual laconismo, el general no reveló cómo han conseguido el material genético de Sadam y de otros altos miembros de su régimen, aunque éste puede obtenerse de numerosas fuentes, incluyendo la saliva empleada para pegar un sobre. "Hasta que yo no vea pruebas convincentes de que está muerto, seguiremos mirando", aseguró.

Franks estaba visiblemente satisfecho por la recuperación de los siete soldados estadounidenses apresados el 23 de marzo por Irak, entregados ayer por sus captores. En Washington, el presidente Bush se mostró exultante y declaró que fue "un gran día para las familias" de estos soldados, cinco de los cuales fueron mostrados por Irak en la televisión después de su captura.

EN BUENAS CONDICIONES

"Estoy encantado", repitió Bush, que no olvidó a los cinco soldados estadounidenses oficialmente dados por perdidos en combate. "Seguiremos buscándolos", prometió. Los cautivos fueron hallados por un contingente de marines en Samarrah, 115 kilómetros al norte de Bagdad, en el camino de Tikrit. Al aproximarse las fuerzas de EEUU, "evidentemente los oficiales iraquís desertaron y los guardianes de los cautivos entregaron los prisioneros a los marines", explicó el teniente coronel Nick Morano. "Todos los soldados están en buenas condiciones, aunque un par de ellos tienen heridas de bala", añadió.

Vestidos con pijama o con pantalones cortos, los recién liberados fueron embarcados en un helicóptero y trasladados a un hospital de guerra cercano a Bagdad. Cinco de ellos --la soldado Shoshana Johnson, Edgar Hernández, Joseph Hudson, Patrick Miller y James Riley-- pertenecen a la compañía de mantenimiento 507 que cayó en una emboscada iraquí en Nasiriya. También formaba parte de la expedición Jessica Lynch, encontrada la semana pasada con graves heridas. Los otros dos rescatados, David Williams y Ronald Young, pilotaban un helicóptero Apache derribado por Irak.

"Es él, es él, estoy tan contento que podría besar a todo el mundo", exclamó el padre de Young, Ronald, al identificar a su hijo en las imágenes de televisión.

114 MUERTOS

EEUU ha sufrido 114 muertos y 399 heridos en 25 días de operaciones militares, además de los 7 cautivos recuperados y los 5 dados por perdidos. "Es prematuro decir que está todo hecho, que se ha terminado todo", advirtió ayer el general Franks.