El Gran Hermano de Estados Unidos tiene sus tentáculos mucho más extendidos de lo que se había confirmado oficialmente hasta hasta ahora. Un día después de que 'The Guardian' sacara a la luz una orden de espionaje de los registros de millones de llamadas telefónicas de los usuarios de Verizon, una de las mayores compañías de telecomunicaciones de EEUU, el rotativo británico y 'The Washington Post' revelaron ayer que la Agencia de Seguridad Nacional, una agencia militar del gobierno, lleva casi seis años accediendo directamente a los servidores de Microsoft, Apple, Google, Facebook y otros gigantes de internet y recopilando información.

Como parte de un programa denominado PRISM, creado por la extensión de las leyes de espionaje bajo la Administración de George Bush y ampliado durante el mandato de Barack Obama, la agencia de espionaje y el FBI están accediendo y recopilando material que incluye contenido de correos electrónicos, historiales de búsquedas, archivos transferidos y contenido de texto o vídeo de chats. Mientras que en el caso que afecta a Verizon (que forma parte de un confirmado programa de espionaje en marcha desde hace siete años) solo se accedía a los llamados "metadatos" (números, hora y duración de la llamada y otros aspectos técnicos), el alcance de PRISM es infinitamente mayor, permitiendo acceder y recopilar contenidos.

En principio la ley permite espiar sin orden judicial a los clientes que viven fuera de EEUU o a estadounidenses que se comunican con extranjeros, pero también abre la posibilidad de acceder a las comunicaciones dentro de EEUU.

Sin orden judicial

Aunque el documento al que han tenido acceso los dos diarios asegura que las compañías colaboran en el espionaje, la mayoría de ellas han negado a los dos rotativos conocer el programa o participar en él. Pese a que las empresas deben colaborar por ley con el gobierno cuando les pide información, el programa PRISM permite al gobierno entrar directamente en sus servidores sin solicitar permiso y sin orden judicial.

PRISM fue lanzado en 2007 después de que saliera a la luz un polémico programa de espionaje nacional de la Administración de George Bush, bajo cuyo mandato, tras los atentados del 11-S, se alteraron significativamente los requerimientos para lograr ordenes de espionaje, haciendo menos necesario demostrar que había sospechas de terrorismo para espiar a un objetivo o para hacerlo sin aprobación judicial. En el 2007 el Congreso amplió la autoridad del gobierno para espiar con la Ley Protege America y en el 2008 se aprobaron enmiendas a la Ley de Vigilancia de Espionaje Extranjero de 1978 (FISA por sus siglas en inglés) que también ampliaban esas capacidades y daban inmunidad a las empresas privadas que cooperaran voluntariamente con la recolección de datos de espionaje. Según el 'Post', Microsoft se convirtió en el primer aliado de PRISM en diciembre del 2007. En el 2008 lo hizo Yahoo y un año después fueron Google, Facebook y PalTalk. En el 2010 se sumó YouTube, en el 2011 Skype y AOL y en el 2012 Apple. El próximo, según el diario, debería ser Dropbox.

"Muchas inexactitudes"

El director de espionaje Nacional, James Clapper, emitió dos comunicados en respuesta a las revelaciones. En uno denunció que la información de los dos diarios, que está basada en una presentación de PowerPoint de 41 páginas datada en abril de este año y que se usa para formación y entrenamiento, contenía "muchas inexactitudes". Clapper defendió que "la sección 702 de la FISA está designada para adquirir información de espionaje extranjero que afecta a personas no estadounidenses fuera de EEUU" e hizo hincapié en que el programa está supervisado por el tribunal especial de la FISA y las tres ramas del gobierno (ejecutivo, legislativo y judicial) y "no puede ser usada para intencionadamente centrarse en ningún ciudadano estadounidense, ninguna otra persona de Estados Unidos o a nadie localizado en EEUU". En otro comunicado Clapper aseguró que sacar el programa de espionaje masivo a la luz puede causar "daño irreversible a nuestra capacidad de identificar y responder a las muchas amenazas que enfrenta nuestra nación".

Mientras, activistas de libertades civiles muestran indignación y preocupación creciente. Jameel Jaffer, director del Centro para la Democracia de la Unión Americana de Libertades Civiles, recordó en 'The Guardian' que la NSA es parte del estamento militar y denunció que "se ha dado a los militares acceso sin precedentes a las comunicaciones civiles", provocando "una militarización sin precedentes de la infraestructura de comunicaciones".

La protección de las identidades de las compañías involucradas en el programa PRISM era uno de los principales objetivos. "El 98% de la producción de PRISM se basa en Yahoo, Google y Microsoft, necesitamos asegurarnos de que no dañamos estas fuentas", escribió el autor del Power Point.