En su obsesión por tener todos los frentes cubiertos, el Gobierno de Bush ha aprobado un plan que permite a fuerzas de seguridad y agencias civiles locales y estatales el acceso a varias de las herramientas más poderosas del espionaje del siglo XXI. Así, según este programa autorizado por el Departamento de Seguridad Interior y la oficina del Director Nacional de Inteligencia, las instituciones "domésticas" podrán acceder a datos e imágenes obtenidas por satélites espía y sensores tan sofisticados que hasta pueden penetrar en edificios y búnkeres subterráneos.

El objetivo de este plan es que oficiales locales y estatales puedan utilizar tecnología punta antes reservada solo para el espionaje exterior. Algo así como si James Bond compartiera sus avanzados artilugios con la lupa de Sherlock Holmes. La iniciativa se pondrá en marcha en otoño y otorgará a las fuerzas de seguridad y a las agencias de emergencia nuevas competencias para responder mejor ante amenazas como la inmigración ilegal, el terrorismo o los huracanes.

Como era de esperar, el programa ya tiene muchos críticos entre los grupos de defensa de las libertades civiles."Es el Gran hermano en el cielo. Quieren utilizar estos instrumentos creados contra los enemigos extranjeros para vigilar a los americanos. Están levantando un estado policial", afirma Kate Martin, director del Centro para Estudios de Seguridad Nacional. "Podemos asegurar que las libertades civiles de los ciudadanos serán protegidas. No tienen nada de qué preocuparse", declara a The Washington Post Charles Allen, jefe de inteligencia del Departamento de Seguridad Interior.

Aunque el Gobierno federal lleva tiempo permitiendo el uso de estas imágenes para fines científicos como la creación de mapas topográficos o el monitoreo de la actividad volcánica, esta es la primera vez que autoridades civiles tendrán acceso a fotos de los satélites en tiempo real y en alta resolución.