Las recientes suspensiones de varias ejecuciones en EEUU por el método de la inyección letal, forzadas por las demandas judiciales que denuncian el dolor "cruel e inhumano" que puede infligir a los reos, ha sumido a la comunidad médica estadounidense en un debate sobre cómo refinar esta forma de ejecución. El Gobierno federal y 37 estados aplican esta fórmula, a pesar de que una de las tres drogas letales empleadas por los verdugos está prohibida para la eutanasia de animales en numerosos estados del país.

La modificación del cóctel letal que se inyecta al reo con el fin de que no sufra podría detener el volumen creciente de demandas contra las ejecuciones de este tipo, asegura el diario The New York Times . Según el rotativo, el cambio goza del respaldo de algunos opositores a la pena de muerte, porque por lo menos la haría más humana.