Estados Unidos inauguró ayer su nueva embajada en Bagdad, un gigantesco complejo situado en el corazón de la Zona Verde de la capital iraquí y que ha costado entre 592 y 700 millones de dólares (entre 436 y 516 millones de euros), según las fuentes. El traslado de sede diplomática representa en Irak un gran paso. Simboliza la transición de un poder ocupante que se convierte en aliado de un Gobierno soberano.

"Es el principio de una nueva era para Irak y para las relaciones de los dos países", declaró el embajador de EEUU, Ryan Crocker, en un discurso pronunciado ante el presidente iraquí, Jalal Talabani.

Situado en el sector ultraprotegido de la Zona Verde, el nuevo conjunto se encuentra muy cerca de la antigua sede, el Palacio Republicano. Y ayer la bandera estadounidense se izó por primera vez en la nueva embajada.