La maquinaria militar del Ejército de Estados Unidos inició ayer de madrugada una gran operación para limpiar de insurgentes las localidades situadas junto a la frontera con Siria, en el noroeste de Irak. En la ofensiva, que ayer se centró en la localidad de Al Sada, participan más de mil soldados, con apoyo de aviones de combate, helicópteros y blindados. Es el tercer ataque a gran escala que los estadounidenses realizan estos últimos meses en esta zona --los valles del río Eufrates-- considerada un feudo de los grupos bajo la dirección de Abú Musab al Zarqaui, jefe de Al Qaeda en Irak.

Según informó ayer la CNN, los marines entraron sin dificultad en la localidad. Según fuentes sanitarias de Qaim, al menos 10 iraquís murieron en las primeras horas de la operación y otros 15 resultaron heridos.

Al Sada es una pequeña localidad de la provincia de Al Anbar, de unos 2.000 habitantes, a 12 kilómetros de Siria. Su proximidad a Siria la convierte en una plaza ideal para el tránsito de armas y de combatientes extranjeros que entran en Irak para unirse a grupos como el de Zarqaui.

La operación militar, bautizada como Puño de Hierro, forma parte de las medidas de prevención que tanto Bagdad como Washington han dispuesto cara al referendo constitucional que celebrará Irak el próximo día 15. Los electores deberán pronunciarse sobre el borrador de la nueva Constitución.

TENSION POLITICA La proximidad del referendo ha disparado la tensión política. En un gesto inesperado, el presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, acusó el viernes al primer ministro, el shií Ibrahim Yafari, de haber tomado de forma unilateral decisiones que violan los acuerdos que suscribieron kurdos y shiís para formar el actual Gobierno.

Mientras, a pocos días del inicio del Ramadán, el Ejército de EEUU puso en libertad ayer a un segundo grupo de 500 prisioneros iraquís de Abú Graib.