Al cumplirse tres años de la guerra lanzada por Estados Unidos contra Irak, siguen haciéndose públicos datos sobre los abusos y torturas perpetrados por las fuerzas estadounidenses en ese país. Ayer, el rotativo The New York Times reveló el brutal maltrato al que fueron sometidos detenidos iraquís por una unidad ultrasecreta de las fuerzas especiales, que a principios del 2004 reconvirtió una antigua cámara de torturas de Sadam Husein en Bagdad para los mismos fines, y la bautizó como la habitación negra .

La siniestra cámara, del tamaño de un garaje para dos o tres coches, sin ventanas y pintada de negro, estaba situada en el centro de detención temporal Camp Nama, cuartel secreto de la Task Force 6--26, en el aeropuerto de Bagdad. Allí eran interrogados los presos más importantes, muchos de los cuales eran enviados luego a Abú Graib, escenario de vergonzantes abusos y torturas, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo en mayo del 2004. "La realidad es que allí no había reglas", reconoció al Times una fuente del Pentágono.

OBJETIVO: ZARQAUI Los miembros de la Task Force 6--26, creada en el 2003 con otro nombre y con el objetivo de capturar al líder de Al Qaeda en Irak, Abú Musab al Zarqaui, hacían los interrogatorios. El lema: Si no les haces sangrar, no te pueden procesar .

Los detenidos recibían brutales palizas con las culatas de los fusiles; se les insultaba, se les escupía y eran quemados con cigarrillos, como denunció en junio del 2004 un agente del FBI que visitó Irak, según el rotativo neoyorquino, que basa su información en entrevistas y documentos oficiales conseguidos por la Asociación Americana de Libertades Civiles.

Ninguno de los detenidos en Camp Nama tuvo acceso a abogados o pudo ver a sus familiares durante las semanas que fueron confinados sin ser acusados de nada. Los métodos de interrogatorio eran tan agresivos que incluso la CIA prohibió a su personal entrar en este campamento, que finalmente fue cerrado en el verano del 2004. Entonces, la Task Force 6--26 se trasladó a Balad, a 75 kilómetros al norte de Bagdad, donde sigue operando en un mayor secreto todavía.

Hasta ahora, del millar de miembros de esta fuerza de élite, sólo 34 han sido castigados de alguna forma por maltratar a los prisioneros iraquís y al menos 11 han sido suspendidos. Hace tres meses, cinco fueron condenados por golpear a presos en septiembre del 2005.

No obstante, expertos legales y militares consultados por The New York Times opinaron que tal vez no se llegue a conocer nunca la verdadera dimensión de las torturas perpetradas por la Task Force 6--26. El general Bryan Brown, jefe del comando de operaciones especiales, aseguró: "Nos tomamos en serio todas las acusaciones".

MANIFESTACIONES "Estoy en contra de esta guerra, estoy en contra de la tortura", dijo el sábado en Chicago Martha Conrad, una de los 7.000 manifestantes que protestaron allí, en el tercer aniversario del ataque a Irak. Otras miles de personas lo hicieron en las principales ciudades de EEUU, incluyendo Nueva York, Los Angeles y Washington. En la capital estadounidense, un millar de manifestantes se presentaron ante la residencia del vicepresidente, Dick Cheney, con pancartas pidiendo la retirada de Irak. Bush, dimite , Impeachment ahora , exigían otras.

"Dar la espalda hoy a Irak sería el equivalente moderno de devolver la Alemania de la posguerra a los nazis", replicó el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. En un artículo publicado ayer en The Washington Post , el jefe del Pentágono acusó a "los terroristas" de estar atizando las tensiones sectarias para desencadenar una guerra civil en la nación árabe, pero subrayó que deben también estar "contemplando con miedo" los "progresos" realizados por Irak desde la invasión de Estados Unidos, en marzo del 2003.