Un ataque aéreo de EEUU acabó ayer con la vida de al menos 14 personas y dejó a otras 10 heridas en Bagdad. Según las autoridades iraquís, helicópteros de combate lanzaron proyectiles sobre el enclave chií de Washash, en el distrito de Mansur, al oeste de la ciudad, después de que tropas terrestres se enfrentaran a tiros con un grupo armado.

Los hechos ocurrieron de madrugada y, según el Gobierno de Bagdad, mientras la mayoría de la víctimas, al parecer civiles, dormían en las azoteas de sus casas para hacer frente al calor. Las calles de Washash son uno de los feudos del clérigo radical Moqtada al Sadr y de sus milicias en Ejército de Mehdi. Una fuente de este movimiento elevó a 24 el número muertos.

En un comunicado, el alto mando estadounidense confirmó el ataque, dirigido, según aseguró, contra más de una docena de "extremistas chiís" que habían disparado desde varios edificios contra una unidad de las fuerzas especiales de EEUU que patrullaba la zona. Las fuerzas terrestres solicitaron apoyo aéreo para repeler el ataque.

ONCE CASAS AFECTADAS Según el texto, las bombas alcanzaron dos viviendas, donde se habían atrincherado los milicianos, y otras dos quedaron dañadas. Otras fuentes cifraron en 11 las viviendas afectadas por el ataque. Además, las autoridades iraquís informaron del hallazgo en Bagdad de 11 cadáveres, con heridas de bala y signos de tortura.

Por otro lado, un informe coordinado por el excomandante de las fuerzas estadounidenses en Europa James Jones echó por tierra la afirmación del presidente Bush de que la situación mejora en Irak y de que eso podría permitir una retirada parcial en primavera. Según el informe, las fuerzas armadas iraquís serán "incapaces" de asumir por sí solas las tareas de combate y seguridad "durante al menos 18 meses".

Mientras, las fuerzas de seguridad iraquís detuvieron a Aus Tariq Farid Abás al Abasial, buscado por el atentado contra un santuario chií en Samarra.