Dos policías iraquís y tres civiles murieron ayer a causa de los disparos realizados por soldados estadounidenses, en un nuevo error cometido por unas tropas que, en teoría, deben dar confianza a un asustado electorado iraquí y garantizar la seguridad durante los comicios del 30 de enero. Este incidente, que se produjo en Yusufiya, al sur de Bagdad, se suma al que acabó con la vida de 14 personas en la madrugada del sábado, y ha creado un gran malestar entre los altos mandos del Ejército estadounidense, quienes temen que, a pocas semanas de las elecciones, aumente el rechazo de la población a sus tropas.

Los uniformados y los civiles fallecieron cuando soldados norteamericanos dispararon tras estallar un artefacto junto al convoy en el que viajaban.

En otro incidente, siete soldados ucranianos y uno de Kazajistán perdieron la vida al hacer explosión una bomba que transportaban para ser desactivada. La explosión, que tuvo lugar en Suwaira, al sur de Bagdad, hirió a otros 15 soldados.

REFUERZOS BRITANICOS Por otra parte, el Reino Unido prepara el envío de 650 militares más a Irak, donde se teme un recrudecimiento de la violencia a medida que se acercan las elecciones. Esas tropas tendrán su base en el sur del país.