Al menos medio centenar de presuntos seguidores de Abú Musab al Zarqaui, líder de Al Qaeda en Irak, murieron ayer en los ataques aéreos que lanzó el Ejército de EEUU en las localidades de Husaiba y Karabila, próximas a la ciudad de Qaim, en la frontera con Siria, a unos 450 kilómetros al noroeste de Bagdad.

El alto mando estadounidense aseguró que en los ataques murió el "conocido terrorista" Abú Islam, considerado por el Pentágono como un destacado dirigente de Al Qaeda. Los aviones de combate lanzaron seis pesadas bombas en Husaiba, que destruyeron dos casas. En Karabila, otras dos bombas de precisión de 250 kilos cada una impactaron contra otra vivienda de la población.

PRESENCIA REBELDE Aunque la zona de Qaim ha sido en los últimos meses escenario de varias ofensivas de EEUU, los rebeldes mantienen todavía una fuerte presencia en algunos pueblos. Según Washington, a este área llegan de Siria grupos de hombres que se unen a la insurgencia. El sábado se registraron allí enfrentamientos entre dos tribus rivales sunís, una progubernamental y la otra formada por seguidores de los grupos armados. Los choques dejaron un saldo de 20 muertos.

Entretanto, en el plano político, los sunís preparan una conferencia nacional que permita unir en un frente común a todos los grupos y partidos que rechazan el borrador de la Constitución aprobada por los kurdos y gran parte de la comunidad shií. Los sunís esperan incorporar en la plataforma al clérigo Moktada al Sadr, que lidera la facción shií opuesta al texto constitucional.