Miembros de la caravana de migrantes que cruzó México a pie hasta la frontera con Estados Unidos trepan el muro fronterizo que separa ambos países el pasado 29 de abril del 2018. Ocho días después de que Donald Trump lanzara una amenaza de imponer a partir del lunes aranceles a todas las importaciones desde México si el vecino del sur no frenaba la llegada de migrantes centroamericanos a Estados Unidos los dos países alcanzaron este viernes un acuerdo y el mandatario estadounidense suspendió indefinidamente la imposición de las tasas comerciales.

El pacto fue anunciado casi al mismo tiempo en Twitter por Trump y por el canciller mexicano Marcelo Ebrard, que ha participado en tres días de frenéticas negociaciones en Washington.

No habrá aplicación de tarifas por parte de EU el lunes. Gracias a todas las personas que nos han apoyado dando cuenta de la grandeza de México. Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) June 8, 2019

DOS EJES

Poco después el acuerdo fue detallado en un comunicado conjunto en el que se explicaron sus puntos fundamentales. Uno de ellos es que México se compromete a incrementar significativamente sus esfuerzos para reducir la migración irregular, incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional en todo el país, con prioridad en la frontera sur con Guatemala, donde ya se anunció un despliegue de hasta 6.000 efectivos el jueves. En la versión del comunicado del Departamento de Estado de Washington se habla de pasos sin precedentes, términos que no aparecen en la versión en español publicada por el gobierno mexicano.

Otro elemento clave del acuerdo es la ampliación inmediata de un programa estadounidense bautizado por EEUU como Protocolos de Protección de Migrantes, que los mexicanos prefieren citar como sección 235 (b)(2)(C), por el que se devuelve a México a quienes entran en EEUU y solicitan asilo para que esperen allí la resolución de sus casos. Hasta ahora 10.000 personas han sido enviadas a México bajo ese programa según cifras de este viernes. A partir de ahora pueden ser todos los solicitantes de asilo en EEUU .

Según los términos del acuerdo, México ofrecerá a esos migrantes y sus familias oportunidades laborales y acceso a la salud y educación mientras permanezcan en su territorio y EEUU se compromete a acelerar las resoluciones de solicitudes de asilo y a realizar lo más rápido posible los procedimientos.

Aunque la declaración conjunta no marca metas específicas ni da excesivos detalles, las dos partes se comprometen a negociar y anunciar en 90 días medidas adicionales si las adoptadas en el acuerdo de este viernes no dan los resultados esperados.

El texto facilitado por los dos gobiernos cierra con un compromiso para fortalecer y ampliar la cooperación bilateral para fomentar el desarrollo tanto en México como en Centroamérica con la idea de atacar algunas de las causas subyacentes que mueven a los migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador a abandonar sus países. Trump cortó la ayuda económica a esas tres naciones y el documento solo menciona el Plan de Desarrollo Integral lanzado por México y sus vecinos del sur.

LO QUE NO SE PACTA

Lo que ha quedado fuera del acuerdo es un objetivo buscado por la Administración estadounidense, que pretendía convertir a México en lo que denomina tercer país seguro, con lo que EEUU podría rechazar a solicitantes de asilo y remitirlos a México. Es un acuerdo que Washington solo mantiene con Canadá y en una rueda de prensa en Washington Ebard se ha felicitado por haber conseguido excluirlo de este pacto. Tenían propuestas y medidas más drásticas al principio (de las negociaciones) y hemos alcanzado un punto medio, ha recordado el canciller.

Otra de las ideas que barajaba EEUU según informaciones de prensa y que no ha conseguido era cambiar leyes de asilo para que el migrante solo lo pudiera solicitar en el primer país que pisaba tras abandonar el suyo, lo que en el caso de los guatemaltecos que van rumbo a EEUU limitaría sus opciones a México y en el de hondureños y salvadoreños a Guatemala.

FRENO A LA GUERRA COMERCIAL

El pacto frena también la apertura de otra guerra arancelaria de Trump, esta vez con su tercer socio comercial. Era una posibilidad que desataba pavor entre numerosos sectores de la economía estadounidense fuertemente dependientes de la relación. También había empezado a poner a Trump en aprietos no solo con líderes empresariales sino también con algunos políticos republicanos, que amenazaban con revolverse en el Congreso, donde se debe ratificar aún el reformado acuerdo de libre comercio con México y Canadá. Otros republicanos, no obstante, le han felicitado por usar los aranceles como herramienta de presión.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador celebró también vía tuit el acuerdo como un éxito que ha evitado la imposición de aranceles y mantuvo el acto previsto para este sábado en Tijuana, que había convocado antes del pacto para defender la dignidad y la soberanía mexicana.