Las tropas rusas dieron ayer por terminada su retirada del territorio de Georgia y permitieron reanudar la circulación por las carreteras del país, cortadas desde el pasado 7 de agosto, cuando comenzó el conflicto armado entre Moscú y Tiflis por el control de las repúblicas separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.

EEUU, Georgia y Occidente no se dieron por satisfechos con esta retirada. Washington consideró que Moscú "no cumple lo establecido" en el acuerdo de alto el fuego firmado por Moscú y Tiflis, y que los rusos "no han completado la retirada de las áreas que no están en disputa", es decir, zona georgiana. El Kremlin, sin embargo, se siente legitimado para hacerlo en virtud del mismo pacto y del primero que firmó con Georgia en 1992, que "aún sigue vigente".

Inexplicablemente, el repliegue militar no dio paso fluido a la ayuda humanitaria en Osetia del Sur. Solo la Cruz Roja está presente en Tsjinvali y ayer constató que, aunque con interrupciones, los servicios básicos de la capital funcionan, incluso el hospital, que se creía destruido.

A pesar de las airadas protestas de Occidente y de las autoridades georgianas, los tanques y carros blindados rusos dejaron atrás considerables "fuerzas de paz" que vigilarán el territorio georgiano --y no solo desde Osetia del Sur y Abjasia-- con un despliegue de controles.

GEORGIA CONTROLA GORI El ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, informó al presidente ruso y comandante en jefe, Dmitri Medvédev, del cumplimiento de la orden de retirada. Los militares rusos desmantelaron varios puestos de control en la carretera que une la estratégica ciudad de Gori con Tiflis. Las autoridades georgianas confirmaron la retirada de las tropas de Gori, pero dijeron que no había repliegue al oeste, en la zona de Poti.

Según el comunicado de Defensa, los militares instalados en los puntos de control de las fuerzas de paz, que seguirán dentro de Georgia después de la retirada, han comenzado ya a realizar sus tareas. Los 453 soldados de paz están concentrados en ocho puestos de control en la frontera de Georgia y Osetia del Sur y otros 2.142 vigilan el territorio adyacente a la frontera de Abjasia con Georgia. Las fuerzas de paz rusas permanecerán tanto en Abjasia como en Osetia del Sur, donde están acantonadas desde inicios de los años 90.

Pero Rusia se reserva el derecho a aumentar el número de sus soldados de paz en Georgia, afirmó el general Anatoli Nogovitsin, portavoz del Estado Mayor ruso. Según Nogovitsin, la zona de responsabilidad de las tropas de paz (de acuerdo con los pactos) se extenderá de 6 a 18 kilómetros hacia el interior del territorio georgiano. La zona tapón rusa incluye largos tramos de la principal ruta georgiana, entre Poti y Senaki. El aeropuerto militar de esta localidad también seguirá bajo control ruso. La ruta entre Tiflis y el mar Negro estará bajo control ruso. Esta información causó fuertes protestas de Tiflis. "Georgia y la comunidad internacional no permitirán que Rusia amplíe el área de sus actividades en el territorio georgiano", dijo David Kezerashvili, ministro de Exteriores.

A pesar del cese de las hostilidades, la ayuda humanitaria que varias agencias de la ONU tienen preparada sigue sin poder entrar. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, visitó ayer Osetia del Sur. Sin embargo, no logró que penetrara un convoy de ayuda de su delegación.

Mientras, el Consejo de Seguridad de la ONU concluyó en la madrugada de ayer su última reunión de emergencia sobre Georgia sin una resolución.