Hace tres meses, a finales de noviembre, las imágenes de un marine ejecutando a quemarropa a un iraquí herido y desarmado dieron la vuelta al mundo.

La víctima se hallaba tendida en el suelo de una mezquita de Faluya --donde se había atrincherado con otros miembros de la resistencia durante el sangriento asalto a la ciudad iraquí-- cuando fue acribillada. Sin embargo, los investigadores militares estadounidenses consideran que no hay pruebas suficientes para procesar al soldado por este crimen de guerra, según indicó ayer la cadena de televisión CBS.

"Los expertos legales de la Marina creen que fue una situación tan ambigua que ningún fiscal conseguiría una condena", explicó la CBS. Según la cadena, cualquier forma de castigo será una decisión interna de los mandos militares. Sin embargo, el comandante de los marines, general Michael Hagee, salió después al paso de estas afirmaciones y aseguró que "no son correctas". No sólo subrayó que "no ha habido decisión en ningún sentido", sino que anunció que "la investigación continúa".

LAS IMAGENES TERRIBLES La escena que conmovió al mundo tuvo lugar el pasado 13 de noviembre. Durante una operación contra la insurgencia, varios marines entraron en una mezquita en busca de rebeldes, pero dentro sólo hallaron a varios iraquís envueltos en mantas.

Uno de los marines creyó ver que uno de los iraquís se movía. "Está jodidamente fingiendo que está muerto", gritó. "Está respirando", corroboró otro miembro del grupo. El primero repitió su afirmación mientras un cámara de la televisión NBC grababa la escena. Alzó su ametralladora contra el iraquí y le disparó a quemarropa. "Ahora está muerto", afirmó. Las imágenes no fueron mostradas en EEUU por ser demasiado explícitas.

El iraquí estaba desarmado. Sin embargo, de acuerdo con la CBS, los investigadores militares consideraron que el marine, en medio de la excitación del combate, pudo pensar que se movía con el objetivo de utilizar un arma. Tras el escándalo, el soldado fue retirado del servicio, mientras se realizaba la investigación.

El vídeo de la ejecución refrescó el escándalo de las torturas perpetradas por soldados estadounidenses contra presos iraquís en la cárcel de Abú Graib. Para que esto no se repita, EEUU ha decidido imponer límites a los interrogatorios de los prisioneros de guerra, que en adelante se ceñirán más a lo estipulado por la convención de Ginebra, según anunciaron ayer fuentes oficiales de Washington.