El esfuerzo de reconstrucción en Irak va a costar "varias decenas de miles de millones de dólares" y Estados Unidos, que puede alcanzar un déficit récord de 480.000 millones de dólares (437.000 millones de euros o 72,7 billones de pesetas), necesitará la nada segura ayuda internacional y la altamente impopular aportación de sus ciudadanos para financiarlo, según admitió ayer el administrador norteamericano de Irak, Paul Bremer.

La estimación anunciada por Bremer en una entrevista a The Washington Post sólo acentúa los apuros de George Bush.

El presidente fue duramente criticado por los demócratas tras su vago discurso del martes y ayer tuvo que encajar dos nuevas muertes de sus soldados en sendos ataques en Faluya y Bagdad.

"Es casi imposible exagerar las necesidades económicas del país", dijo Bremer, quien detalló algunas de las partidas necesarias. Sólo para cubrir las demandas eléctricas hacen falta más de 1.800 millones de euros (300.000 millones de pesetas) y para asegurar los sistemas de distribución de agua en los próximos cuatro años se necesitarán 14.500 millones de euros (2,4 billones de pesetas).

DUDOSAS APORTACIONES

Es imposible que esas cantidades salgan exclusivamente de las arcas estadounidenses, sangradas por facturas mensuales del Pentágono, sólo para la ocupación de Irak, de más de 3.600 millones de euros (más de 600.000 millones de pesetas), pero tampoco parece probable que diversas naciones aporten dinero si no se amplía el mandato de la ONU en Irak. Pese a las dificultades presupuestarias --que probablemente llevarán a la Administración a buscar un aumento del presupuesto de gastos en el Congreso--, Bremer insistió en el compromiso de EEUU. "Tenemos una tarea noble ante nosotros. Es difícil y costosa, pero absolutamente alcanzable".