La decisión de la Casa Blanca de permitir que el navío norcoreano ´So-San´ y su cargamento de misiles Scud prosiguiese camino a Yemen dejó sorprendida ayer a la oposición demócrata y sembró la incomodidad en el Pentágono, según la prensa estadounidense, que achacó el embarazoso cambio de postura de Bush al deseo de preservar la alianza con Yemen en la lucha antiterrorista. La decisión de devolver a Yemen los misiles "me deja perplejo y preocupado", dijo el senador demócrata Joseph Lieberman. Una vez que la detención del ´So-San´ se hizo pública, "Yemen se dio cuenta de que estaba en una postura de fuerza para conseguir que EEUU lo devolviese", dijo una fuente oficial al ´The Washington Post´.