Ha pasado casi un año desde que Barack Obama apostó por "un mundo sin armas nucleares". Pero el arduo camino es quizá más tortuoso de lo que intuía el presidente de EEUU, y se encuentra inmerso en un debate en su Administración que ha retrasado por tercera vez la publicación de su estrategia nuclear.

Esa política debía haberse hecho pública primero en diciembre, luego en febrero y por último ayer, pero Obama ha rechazado los borradores y no será por lo menos hasta mediados de este mes cuando consiga plantearla. Parece que el documento incluirá una firme apuesta por reducir de forma permanente el arsenal nuclear, eliminando miles de las cabezas nucleares que se mantienen como reserva, según explicaba ayer The New York Times . El diario adelantaba también la posibilidad de retirar armas nucleares tácticas de Europa.