Los niños violados se enfrentan a "años de angustia" pero castigar a sus violadores con la pena de muerte es "desproporcionado" e "inconstitucional". Con ese argumento, y esgrimiendo también su rechazo a aplicar la pena de muerte como castigo para crímenes en los que no hay una víctima mortal, el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó ayer en una ajustada votación las ejecuciones de violadores de menores.

La decisión mantiene la línea aplicada en los últimos años por el alto tribunal, que ha reducido las categorías de personas susceptibles de ser condenadas a muerte, excluyendo a gente con retraso mental y a criminales menores de edad.

LEY DE 1995 El caso que motivó la decisión de ayer se originó en Luisiana, un estado que en 1995 aprobó una ley que imponía la pena capital a los violadores de menores de 12 años --aunque el Supremo en 1977 prohibió las ejecuciones para violadores y, por implicación, las de delitos que no implicaban la muerte de la víctima--. Bajo esa ley estatal fue condenado en el 2003 Patrick Kennedy, un hombre de 43 años que en 1998 violó a su hijastra de ocho años en una agresión tan brutal que obligó a que la niña fuera sometida a intervenciones quirúrgicas.