Estados Unidos presionó ayer a los aliados europeos para que envíen más soldados a Afganistán para hacer frente al incremento de ataques de los grupos insurgentes talibanes, pero encontró poca receptividad entre los demás líderes al inicio de la cumbre de la OTAN en Bucarest (Rumanía). El presidente norteamericano, George Bush, pidió a los países europeos que sigan el ejemplo de EEUU, Francia y Rumanía y envíen "fuerzas adicionales" a Afganistán.

"No podemos permitirnos perder en Afganistán. Sea cual sea el coste, debemos ganar", afirmó Bush. "Si no derrotamos a los terroristas en Afganistán, tendremos que afrontarlos en nuestro territorio y civiles inocentes en Europa y Norteamérica pagarán el precio", subrayó Bush, que eludió reconocer el papel crucial desempeñado por la invasión de Irak en la expansión del terrorismo integrista islámico.

PRIORIDAD El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, se sumó a las presiones norteamericanas. "Afganistán es la prioridad absoluta de la OTAN", señaló. La cumbre de Bucarest, añadió De Hoop Scheffer, debe marcar "una nueva fase en el compromiso aliado". Y volvió a reclamar a los aliados más soldados para cubrir las carencias de la fuerza internacional de estabilización (Isaf) y que supriman las restricciones nacionales que impiden utilizar las tropas desplegadas en Afganistán fuera de su zona de demarcación.

Canadá amenaza con retirarse del violento sur de Afganistán si no recibe sustanciales refuerzos de otros países para combatir a los talibanes. Desde el derribo del régimen talibán en el 2001, han muerto 789 soldados de EEUU y la OTAN. La escalada de ataques talibanes en los últimos años ha elevado la cifra de soldados muertos anuales de los 58 del 2004 a 232 en el 2007. En los tres primeros meses del 2008 el número asciende ya a 40.

Al inicio de la cumbre, la mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno se mostraban reacios a ampliar de forma significativa sus contingentes en Afganistán y algunos planteaban la necesidad de elaborar una estrategia de salida para ceder la responsabilidad de la gestión del conflicto al Gobierno afgano. España y Turquía descartaron el envío de más soldados, mientras que Francia redujo las expectativas de un aumento sustancial de sus efectivos al mero envío de "unos pocos cientos" de soldados.

Durante la cena, Bush volvió a reclamar que la cumbre apruebe la inclusión de Ucrania y Georgia en el plan de adhesión a la OTAN. Contó con el apoyo de Canadá, Polonia, los países bálticos y la República Checa, pero tropezó con la oposición de Alemania, España, Francia, Italia, Grecia, Noruega, Hungría, Holanda, Bélgica y Luxemburgo.

La cancillera alemana, Angela Merkel, reiteró que la adhesión a la Alianza Atlántica no cuenta con el respaldo mayoritario de la población de las dos exrepúblicas soviéticas. También recordó que Georgia tiene dos graves conflictos sin resolver en Osetia del Sur y Abjacia, por lo que no está en condiciones de aspirar a un plan de adhesión a la OTAN.

Grecia, por su parte, mantuvo su veto a la aprobación de la integración de la exrepública de Macedonia a la OTAN, porque no había aceptado cambiar su nombre para diferenciarse de la región griega. Este veto podría impulsar hoy a la OTAN a aprobar solo el ingreso de Croacia y aplazar también el de Albania, que no está realmente preparada.