Cada día mueren en EEUU 100 personas por las armas de fuego. Escuelas, centros comerciales o iglesias han sido escenario de tiroteos masivos. El último, el pasado 3 de agosto, dejó un balance de una veintena de muertos en un centro comercial de Tejas. En mayo, un tiroteo causó un muerto y siete heridos en una escuela de Denver. De momento, la Administración federal no ha tomado medidas políticas para atajar esta lacra. En este escenario, un centro escolar de Muskegon (Michigan), el Fruitport High School, está constuyendo un nuevo edificio diseñado para proteger a los alumnos en caso de tiroteos.

El nuevo edificio, que costará 48 millones de dólares (43,5 millones de euros), tendrá un diseño interior en zig-zag para dificultar que un eventual atacante pueda disparar en línea recta. De esta manera, el daño que pueda causar será menor. Así, el colegio tendrá pasillos curvos para reducir las líneas de visión de un atacante, paredes adyacentes a las paredes principales donde los alumnos puedan esconderse y que dificulten la acción del eventual francotirador, ventanas con cristales antibalas y un nuevo sistema de seguridad que permitirá a la dirección bloquear el acceso a todo el edificio o a aulas concretas con un solo botón. Las obras las dirige un arquitecto experto en temas de seguridad.

Estas medidas no impedirán el acceso de un potencial atacante pero sí "minimizarán los daños que pueda causa", según ha explicado Bob Szymoniak, responsable de la escuela, que opina que este tipo de escuelas prosperarán en EEUU si no se pone fin a las masacres. Las nuevas aulas y la cafetería se inaugurarán en enero del 2020, mientras que el resto del edificio estará acabado en el verano del 2021.

En el 2018, un total de 22 escuelas de EEUU fueron escenario de tiroteos que causaron muertos y heridos entre sus alumnos. Más de 228.000 estudiantes se han visto expuestos a la violencia por armas de fuego en horario escolar desde la matanza de Columbine en 1999.