Espoleado por la reciente masacre en un campus universitario, el Congreso estadounidense aprobó, en la noche del miércoles, una ley que refuerza el control sobre la venta de armas de fuego con el fin de impedir que caigan en manos de personas que sufran alguna enfermedad mental.

Es la primera vez en más de una década que EEUU modifica de forma sustancial la legislación sobre las armas; la última revisión fue en 1994. La matanza perpetrada en la Universidad Politécnica de Virginia el pasado abril, cuando un estudiante surcoreano con un historial de trastorno mental mató a 32 personas antes de suicidarse, conmocionó al país y motivó esta iniciativa legislativa.