El primer ministro, Binyamin Netanyahu, le ha ganado la partida a la superpotencia estadounidense. Diplomáticos norteamericanos reconocieron el martes que la Administración de Barack Obama ha decidido renunciar a su estrategia de forzar una moratoria en los asentamientos judíos a cambio de un generoso paquete de incentivos después de semanas de negociaciones con Israel. Su claudicación pone de manifiesto la endeble y errática estrategia de Obama y deja en el limbo unas negociaciones que murieron solo tres semanas después de su inicio.

La oferta de Washington incluía 20 cazabombarderos y los compromisos de vetar cualquier resolución contra Israel en la ONU y de no reclamar el cese de obras en los asentamientos, ilegales a ojos de EEUU. Los palestinos reaccionaron con decepción.