El Pentágono trató ayer de capear el escándalo creado por la difusión del vídeo en el que un marine asesina a un insurgente iraquí que yacía herido en el suelo de una sinagoga en Faluya. "Se investigarán a fondo todos los hechos de este caso", aseguró en Bagdad el teniente general John F. Sattler, de la Primera Fuerza Expedicionaria de Marines, al anunciar la puesta en marcha de una investigación. Washington trata de contener la repulsa general ante el incidente, visto por televisión en todo el mundo menos en EEUU, donde las cadenas censuraron el tiro de gracia.

"Esto no es nada nuevo, visto lo que pasó en Abú Graib" --escenario de las vergonzantes torturas a prisioneros iraquís por parte de soldados estadounidenses--, comentó el presidente de la organización Arab Media Watch, Sharif Hikmat Nashashibi.

Las imágenes de la ejecución del rebelde iraquí herido fueron mostradas íntegramente por la cadena árabe Al Jazira, incluyendo las caras de los marines y el nombre en la mochila de uno de los que entraron en la sinagoga donde tuvo lugar el incidente. Estos datos fueron censurados en las televisiones estadounidenses por orden del Pentágono.

El explosivo vídeo fue grabado el sábado pasado por Kevin Sites, corresponsal de la cadena de televisión estadounidense NBC que acompañaba a la unidad de marines que entró en la sinagoga. Esta había sido atacada el día anterior por otro grupo de marines en el marco de los sangrientos combates para arrebatar Faluya a los insurgentes iraquís. En ese primer enfrentamiento, 10 iraquís murieron y 5 quedaron heridos. Estos recibieron tratamiento y fueron dejados allí para ser recogidos posteriormente, según Sites. El vídeo muestra a los 5 iraquís heridos dentro de la sinagoga. Dos de ellos estaban apoyados contra la pared y parecían estar desangrándose, a punto de morir, según Sites.

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