El Gobierno estadounidense aseguró hoy que Rusia está "aislada" en su "ridícula" afirmación, expresada el miércoles por el presidente Vladímir Putin, de que fue la oposición siria la que empleó armas químicas en el ataque del pasado 21 de agosto.

"Rusia está aislada y sola al culpar a la oposición siria de los ataques", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en conferencia de prensa.

Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, declaró a periodistas que "sería ridículo que alguien afirme que cualquiera que no sea el régimen de Bachar al Asad es responsable de los ataques del 21 de agosto".

En un editorial publicado el miércoles en el diario The New York Times, Putin indicó que "no hay dudas de que se utilizó gas venenoso en Siria", pero agregó que "todas las razones apuntan a creer que no fue empleado por el Ejército, sino por las fuerzas de oposición, para provocar una intervención extranjera".

Esa posición es frontalmente opuesta a la de EE.UU., que asegura tener pruebas de que el ataque lo lanzó el Gobierno sirio.

"No hemos visto ningún informe creíble de que la oposición haya usado armas químicas en Siria, y 34 países nos han respaldado al declarar que el régimen de Al Asad es responsable del uso de armas químicas esa noche. Incluso Irán, que lucha en nombre de Al Asad en Siria, lo ha culpado públicamente del ataque", dijo Carney.

El portavoz de la Casa Blanca aseguró que se basa en "la información de inteligencia sobre la preparación del ataque por parte del régimen" y sus observaciones posteriores.

"Además, es algo de sentido común que la oposición no tiene la capacidad de desarrollar un ataque coordinado a tan gran escala, con misiles y artillería, desde un barrio controlado por el régimen y contra barrios de la oposición", agregó Carney.

Mientras tanto, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, se reúnen hoy en Ginebra para analizar cómo implementar el plan ruso para controlar el arsenal químico de Siria.

Kerry llegó a esa reunión, según dijo, "escéptico y con los ojos bien abiertos ante las dificultades" que entrañará la operación, y hoy conversó por teléfono sobre sus expectativas al respecto con el líder de la opositora Coalición Nacional Siria (CNFROS), Ahmed Yarba, y el del Ejército Libre Sirio (ELS), Selim Idris, según informó su portavoz Harf.

Por otra parte, Estados Unidos reaccionó con escepticismo al anuncio de la ONU de que ha recibido un documento del Gobierno sirio para adherirse a la Convención Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas.

"La convención es algo importante de lo que somos parte, pero creemos que (unirse a ella) no sería un sustituto para trabajar con nosotros y los rusos para verificar y destruir su arsenal (químico)", indicó Harf.

Harf y Carney evitaron responder directamente al hecho de que Siria haya condicionado su eventual adhesión a la convención a que EE.UU. deje de entregar armas a los rebeldes y cese en sus amenazas.

No obstante, ambos portavoces reiteraron que Estados Unidos seguirá apoyando a los rebeldes sirios, una ayuda que, según informó hoy The Washington Post, ha comenzado a traducirse en entrega de armas a los rebeldes, con casi tres meses de retraso.

Preguntado al respecto, Carney se limitó a admitir que la ayuda a la oposición siria "ha aumentado" recientemente, mientras que Harf señaló que el Departamento de Estado ha hecho nuevos envíos de "vehículos y equipos de comunicaciones en la última semana".