De nada han servido las denuncias de abusos a presos en Guantánamo ni el escándalo de las torturas en la cárcel de Abú Graib en Irak. EEUU ha hecho caso omiso del clamor internacional y no ha tomado medidas para erradicar los malos tratos que su Ejército aplica a los detenidos en el marco de la guerra contra el terrorismo. Peor todavía: según un informe de Amnistía Internacional (AI), los abusos son sistemáticos en todos los centros de detención ubicados fuera del territorio estadounidense.

"Existen nuevas evidencias de la propagación de las torturas y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes aplicados a los prisioneros que se encuentran bajo custodia estadounidense", reza el informe. El centro de detención de la base militar de Guantánamo es el que más visible se ha hecho por las múltiples denuncias que ha recibido en contra, pero los abusos forman parte de los métodos empleados contra los presos en las cárceles que EEUU gestiona en países como Irak y Afganistán. Y la lista no es exhaustiva.

NO SE HAN TOMADO MEDIDAS El demoledor informe acusa al Gobierno estadounidense de fomentar los abusos creando la atmósfera necesaria para que esta práctica se convierta en algo rutinario. "El Gobierno no sólo no está tomando medidas para erradicar la tortura, sino que está creando un clima en el que la tortura y otros malos tratos pueden prosperar", apunta Curt Goering, director general ejecutivo de Amnistía en EEUU. Amnistía se refiere, en concreto, a las reservas que la Casa Blanca ha formulado recientemente a la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas.

EXAMEN DE LA ONU AI ha hecho coincidir la publicación del informe con la reunión que el Comité de la ONU contra la Tortura llevará a cabo para examinar si EEUU, como Estado firmante, cumple sus obligaciones con la Convención. Los integrantes del comité se reunirán entre mañana y el lunes en Ginebra. Entre las inquietudes del comité figuran el hecho de que el presidente de EEUU tenga el poder de absolver a cualquier estadounidense involucrado en casos de tortura, así como una circular de diciembre del 2004 que establecía que la tortura era aceptable contra sospechosos de crímenes de "extrema crueldad".