El Gobierno francés decidió suprimir uno de los 11 días de fiesta anuales y convertir la Pascua de Pentecostés en jornada laborable tras la ola de calor del verano del 2003, que originó la muerte de 15.000 personas. El Día de Solidaridad Nacional debía aportar 2.000 millones de euros (332.772 millones de pesetas) en impuestos y cotizaciones sociales de un día de producción para ayudas a los ancianos.