Las denuncias de irregularidades y la apatía del electorado marcaron ayer las elecciones presidenciales multipartidistas que celebró Egipto, las primeras en este país que, con 70 millones de habitantes, es el más poblado del mundo árabe. La mala organización y el caos se apoderaron de muchos colegios electorales, vigilados por seguidores del presidente, Hosni Mubarak.

La mayoría de los observadores políticos detectaron una baja participación. El índice de abstención es el dato más relevante de estos comicios, ya que se da por segura la elección de Mubarak, en el poder desde 1981.

IRREGULARIDADES Un portavoz de la Organización Egipcia de Derechos Humanos, que lidera la plataforma independiente que supervisó con centenares de voluntarios las elecciones, aseguró ayer a este periódico que durante todo el día recibieron numerosas denuncias de irregularidades procedentes de todo el país. "Ha habido compra de votos. Miembros del partido de Mubarak --el Partido Nacional Democrático (PND)-- ofrecían 10 libras (menos de 2 euros) y una bolsa de comida a los electores", fue una de las denuncias.

Algunos votantes fueron trasladados a las urnas en vehículos del Gobierno y seguidores del PND impidieron entrar en algunos colegios a aquéllos que no iban a votar por Mubarak, añadió este portavoz. En los colegios electorales que visitó este diario, simpatizantes del presidente egipcio permanecían en la entrada y repartían fotos del rais , mientras coches con megafonía lanzaban consignas a su favor. "He votado a Mubarak porque es el único en el que confío", dijo Mahmud, en un colegio electoral del barrio de Bab al Sharia de El Cairo, feudo de Ayman Nur, líder del partido Ghad, el rival que ha criticado con más dureza al presidente Mubarak.

TINTA INDELEBLE Nur, quien tras votar calificó las elecciones de "históricas", se apresuró, horas después, a denunciar irregularidades. Entre otras, dijo que la tinta indeleble que tenía que impedir que un elector pudiera votar más de una vez, se borraba.

Nur y Noman Gomaa, del partido Wafq, son los únicos candidatos de los nueve que se medían ayer a Mubarak con cierta presencia política en el país. Sin embargo, sus posibilidades de arrebatar la presidencia de Mubarak son del todo nulas.

Centenares de miembros del movimiento Kifaya (Basta en árabe), una plataforma civil opositora que, con otros partidos, boicoteaba las elecciones, se manifestaron en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo. "Esto es una farsa" y "No a Mubarak", fueron las consignas más coreadas.