En realidad, el famoso eje franco- alemán nunca ha pasado de alianza bifronte: una estatua de dos cabezas que miran en los sentidos opuestos de los intereses del presidente y canciller de turno. En cambio, lo que sí es ya un verdadero eje militar tripartito --con aparente ´unidad de destino en lo universal´-- es el que Aznar insiste en formar con Blair y Bush , aun a costa de alejarnos de la columna vertebral de Europa. Esperemos que Washington nos recompense bien tanta fidelidad en la lucha contra el otro eje (el del mal), ya que nos arriesgamos a perder socios más cercanos y prudentes.