Un cable del que fuera embajador estadounidense en Irak en el 2007, Zalmay Khalilzad, refleja el bochorno que supuso para Estados Unidos la decisión de ejecución "a la ligera" de Sadam Hussein, que fue ahorcado en el más absoluto secreto el 31 de diciembre del 2006.

El diplomático, que consideró que la ejecución no cumplió con las garantías, argumentó en su análisis enviado al Departamento de Estado que el presidente iraquí, Jalal Talabani, no había ratificado esta medida. "El hecho de que el Gobierno iraquí no tuviera un plan claro y coordinado para controlar a los testigos y dirigir la ejecución hizo que se produjera a la ligera y entre una gran confusión", reza el documento del embajador, datado el 15 de enero del 2007, después de una entrevista con el fiscal adjunto de la más alta instancia judicial iraquí, Mounkit al-Faroun.

El documento filtrado por Wikileaks recoge las impresiones del fiscal que asistió al ahorcamiento. Este destacado miembro de la judicatura iraquí afirmó haberse compadecido de Sadam Hussein cuando lo vio entrar en la sala donde se llevó a cabo la ejecución, "encapuchado, con las manos atadas y temblando involuntariamente".

El fiscal explicó al embajador cómo al menos dos miembros del Gobierno se dedicaron a tomar fotografías, sin esconderse, del ahorcamiento. La misma noche del ajusticiamiento, un vídeo de dos minutos y medio del ajusticiamiento circulaba por internet, reproducido a su vez por las televisiones de todo el mundo. Un hecho que produjo una sensación de malestar generalizada.

El entonces embajador estadounidense también se planteó la idoneidad de llevar a cabo la ejecución de Sadam el mismo día que empezaba el Aïd el-Adha, una de las fiestas más importantes del islam.