El ministro de Educación Superior de Irak, el suní Abed Dial al Ulaimi, dijo ayer que parte de los funcionarios secuestrados el pasado martes en las dependencias del Instituto de Investigaciones Científicas de Bagdad, han sido asesinados por sus captores. La crisis de los rehenes amenaza con hacer añicos el ya frágil Gobierno de coalición iraquí, formado por chiís, sunís y kurdos.

Para el Ministerio de Educación, dominado por sunís, el masivo secuestro del martes afectó a 150 personas, la gran mayoría funcionarios. Alrededor de 70 continúan en paradero desconocido. "Los rehenes liberados nos han dicho que algunos de los secuestrados han sido torturados y asesinados", afirmó Al Ulaimi, miembro de la principal fuerza política suní en el Parlamento.

LA VERSION DE AL MALIKI Bien distinta es la versión del primer ministro, el chií Nuri Al Maliki. Los secuestradores, 80 hombres armados y con uniformes de la policía, se llevaron a 39 personas, de las cuales solo dos permanecen retenidas. Al Ulaimi ha decidido abandonar el Gobierno, que ayer calificó de "ineficaz", hasta que no aparezcan todos los rehenes. A pesar de que las autoridades detuvieron a cinco altos cargos policiales por su presunta implicación en los hechos, los sunís señalan a las milicias radicales chiís, ligadas al Ministerio de Interior, de estar detrás del secuestro masivo.

La policía informó ayer del hallazgo el miércoles de 55 cadáveres con signos de tortura en Bagdad, aunque no informó de la identidad de las víctimas.

En otros actos de violencia ocurridos en la capital, unos desconocidos mataron a nueve trabajadores chiís de una panadería, mientras que el Ejército de EEUU informó de la muerte en combate de cuatro soldados, lo que eleva a 40 el número de militares del país fallecidos en Irak este noviembre.

Ayer, el diario británico The Guardian aseguró que el presidente de EEUU, George Bush, tiene previsto enviar a 20.000 soldados más a Irak, a pesar del duro varapalo que sufrió su partido, el republicano, en las elecciones de la semana pasada. El plan ha sido elaborado por el denominado Grupo de Estudio de Irak , dirigido por el exsecretario de Estado, James Baker.

Ayer, el soldado James Barker, uno de los cuatro militares acusados de violar a una joven de 14 años, y de asesinar a la adolescente y a sus padres, se declaró culpable en el juicio militar que se celebra en una base de Kentucky. El soldado anunció que sería testigo de cargo contra los otros acusados, lo que podría evitar su condena a muerte.