El Gobierno interino iraquí, que debe asumir la soberanía a finales de este mes, está decidido a hacer frente a la insurgencia con mano de hierro. El primer ministro, Iyad Alaui, proclamó ayer desde Bagdad una lucha sin cuartel contra la resistencia leal a Sadam o vinculada a Al Qaeda, una campaña que él mismo dirigirá.

Alaui dio a conocer la creación de un comité encargado de vigilar la seguridad nacional y que estará integrado por los ministros de Defensa, Interior, Exteriores, Justicia y Economía, además de los altos mandos militares. "Me he fijado la prioridad inmediata de poner en marcha un sistema de control y de mando eficaz con el fin de integrar a todas las fuerzas", declaró Alaui.

El primer ministro pretende reestructurar las fuerzas armadas para batallar a los insurgentes. Los planes anteriores no preveían que el Ejército jugara un papel en la seguridad interior. "En estos tiempos difíciles, elementos del Ejército tendrán que asistir en este esfuerzo contra las amenazas exteriores a nuestra seguridad nacional", dijo. El ministro de Sanidad iraquí, Aladín Abdulshahid Aluan, salió ayer ileso de un atentado en Bagdad, mientras que dos miembros del Cuerpo de Defensa Civil Iraquí murieron y 14 fueron heridos por la explosión de una bomba.