A cuatro días de las primeras elecciones libres en Irak, los iraquís no sólo ignoran la ubicación de los colegios electorales sino que ni siquiera conocen los nombres de los candidatos, aparte de los líderes de los 110 partidos que se presentan para ocupar 275 escaños. Bajo la amenaza de muerte a todo el que acuda a las urnas, y sumidos en una escalada de terror que igual mata a personalidades que a ciudadanos anónimos, los electores están a merced de Al Qaeda y de un Ejército de ocupación extranjero que comete crímenes y torturas. No será con este ejemplo con el que Bush democratizará Oriente Próximo.

*Periodista.