Raúl Reyes, el número dos de las FARC, y su habitual portavoz murieron ayer junto con otros 16 guerrilleros durante una operación conjunta de las Fuerzas Armadas colombianas que llegó a atravesar la frontera de Ecuador. "Es el golpe más contundente que se le ha dado a este grupo terrorista hasta el momento", aseguró exultante el ministro de Defensa Juan Manuel Santos.

Reyes, el nombre de guerra de Luis Edgar Devia Silva, es el primer integrante del selecto secretariado de la guerrilla que encabeza el septuagenario Pedro Antonio Marín (Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo ) que pierde la vida en combate. Según la prensa colombiana, solo el jefe militar Jorge Briceño, el Mono Jojoy , tenía su misma jerarquía.

Muchos colombianos pensaban que iba a ser un sábado más cuando Santos se presentó frente a las cámaras con una inocultable sonrisa. Entonces reveló que Reyes y los otros guerrilleros habían fallecido tras un bombardeo del Ejército del Aire (Fuerza Aérea Colombiana-FAC) contra un campamento ubicado a 1.800 metros del otro lado de la frontera con Ecuador.

Después que los aviones escupieran fuego, llegaron los helicópteros con soldados. "Se ordenó que entraran (en Ecuador) para asegurar el área y neutralizar al enemigo", precisó Santos. La policía permanecería en la zona "hasta que llegaran las autoridades ecuatorianas".

SIN APOYO El Ejército aseguró que Reyes había perdido el jueves su estructura de "apoyo logístico y financiero" con el arresto de una red que lo asistía. A partir de ese momento, los militares creyeron estar más cerca que nunca de la sombra del número dos de las FARC. El ministro dijo que cuando tuvieron las coordenadas precisas del lugar donde se encontraba, lo que sucedió el viernes, se "procedió a atacar el campamento desde el lado colombiano, teniendo siempre en cuenta la orden de no violar el espacio aéreo ecuatoriano".

Las revelaciones de Santos no dejaron de causar cierta perplejidad en Quito. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reconoció que el mismo Uribe lo llamó por teléfono en la madrugada del sábado para informarle.

No obstante, Correa ordenó de inmediato una investigación "más precisa" sobre "las versiones preliminares" de los hechos ocurridos.

La caída de Reyes es "un golpe al corazón" de las FARC, dijo el expresidente Ernesto Samper. "Tendrá efectos militares, políticos, psicológicos y morales sobre la guerrilla", profetizó Gustavo Bell, vicepresidente de Andrés Pastrana.

Para los conocedores de la lógica interna de las FARC, Reyes era un firme candidato a suceder a un casi octogenario Tirofijo . Más allá de los merecimientos acumulados como canciller y negociador, estaba casado con Olaga Marín, la hija de su máximo líder, quien, según la prensa, habría muerto en el ataque.

A pocas horas de que las FARC liberaran a cuatro de sus rehenes y que pidieran una solución, en vísperas de una marcha nacional contra los paramilitares (que en parte son sospechados de tener o haber tenido lazos con sectores del Gobierno), Uribe recupero el centro de la escena con una victoria militar.

Cerca del presidente están más que nunca convencidos de que la caída de Reyes marca un punto de inflexión a favor del Estado en su política de confrontación con la guerrilla. "Habrá más avances militares. Pero me preocupa qué sucederá con los secuestrados", dijo Samper. La familia de Ingrid Betancourt comparte esa preocupación. "Estamos muy inquietos. Esperamos que las FARC sepan ver más allá", dijo su hijo Lorenzo.