La ciudad turística de Can- cún, en el Caribe mexicano, resulta ser un paraíso también para los narcotraficantes, que la semana pasada no tuvieron empacho en asesinar al general del Ejército que el alcalde acaba de contratar como asesor en materia de seguridad. Tras varios días de operativos policiales, el Ejército acabó por tomar cartas en el asunto y, con un despliegue aún más espectacular y varias detenciones, vino a señalar como presunta asesina o cómplice a la propia policía municipal.

El gobernador del estado de Quintana Roo, Félix González, reconoció ayer que la infiltración del narcotráfico en la policía de Cancún "ha llegado a un grado extremo". El general Mauro Tello, que fue agregado militar en la Embajada de México en España y comandante de la zona militar de Michoacán, ni siquiera conocía bien Cancún cuando, ya retirado, aceptó asesorar al alcalde, Gregorio Sánchez. El sobrino de Sánchez hacía de chófer y guía del general Tello y su ayudante, un teniente. Los tres fueron torturados, rematados con tiros de gracia y abandonados en la carretera.

Dos tanquetas y otros tres vehículos militares recorrieron el lunes Cancún. Medio centenar de soldados ocuparon las instalaciones de la policía, detuvieron al jefe, Francisco Velasco e iniciaron una inspección de las armas de los 1.200 municipales.