Los prisioneros recluidos en Guantánamo podrán ser ejecutados en la base si son condenados a muerte por los tribunales militares encargados de juzgarlos. Así se desprende de la nueva directiva castrense firmada el pasado día 17 por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra de EEUU, el general Peter J. Schoomaker, que modifica los procedimientos referentes a las ejecuciones cuando éstas son dictadas "por los tribunales marciales y los tribunales militares".

El documento establece que la base de Fort Leavenworth ya no es el único lugar donde se pueden llevar a cabo las ejecuciones. "Los combatientes enemigos pueden resultar afectados por esta reglamentación", dijo ayer el portavoz del Ejército Sheldon Smith. Mientras, un juez federal ordenó a la Casa Blanca que revele las identidades de un centenar de presos de la base. Washington se había negado con el argumento de que trataba de proteger a sus familias.