Con sus cuerpos, con barricadas, cantando, bailando y, en casos aislados, por la fuerza, los colonos de la mayoría de asentamientos de la franja de Gaza impidieron ayer a los soldados israelís que les entregaran las órdenes de desalojo de sus casas. Los militares decidieron no forzar la entrada en las colonias para evitar enfrentamientos y no agravar las "profundas cicatrices" que el desalojo de Gaza ha causado en Israel, en palabras del primer ministro, Ariel Sharon, en un discurso a la nación que pronunció anoche con motivo de este histórico momento.

Alrededor de las siete de la mañana, las fuerzas de seguridad empezaron a repartir los documentos, aunque sólo lograron entregarlos en cuatro colonias. "La entrega de las órdenes no es un requisito legal, sino una muestra de respeto y cortesía y una oferta de ayuda hacia los residentes", declararon fuentes militares. El Ejército israelí descartó entrar por la fuerza en los asentamientos hasta mañana, cuando acabe el periodo de gracia de 48 horas concedido a los colonos para que se marchen por su propio pie.

TENSION EN NEVE DEKALIM La situación más tensa se produjo en la colonia de Neve Dekalim, donde hubo empujones y forcejeos entre jóvenes colonos que no residen en Gush Katif y las fuerzas de seguridad, sobre todo después de que los militares accedieran a la colonia por una entrada trasera. Tras negociar, los soldados acordaron retirarse a cambio de que los colonos desbloquearan la principal carretera de Gush Katif, donde habían quemado neumáticos y levantado barricadas. En la playa cercana a Neve Dekalim --donde viven acampados centenares de jóvenes--, un grupo de radicales apedreó un autobús de periodistas que viajaba bajo protección militar.

El balance que las fuerzas de seguridad hacen del primer día de evacuación es positivo. "Todo ha ido tal como estaba previsto", dijo el jefe del Estado Mayor, Dan Halutz. Según informaciones oficiales, está previsto que hoy cuatro de las 21 colonias ya estén vacías y que el 50% de las familias hayan abandonado la franja de Gaza. A pesar de los bloqueos y del ambiente generalizado de resistencia, unas 200 familias pidieron ayuda al Ejército para irse e incluso en Neve Dekalim un convoy de 30 camiones de mudanzas accedió a la colonia. Además, dos de los cuatro asentamientos de Cisjordania incluidos en el plan de desalojo fueron totalmente evacuados.

APOYO A LA POLICIA Pese a estos avances, el primer día de desalojo demostró que la tarea de los militares será ardua, ya que los colonos que el miércoles no se hayan ido no pondrán las cosas fáciles. Por eso, en su discurso, Sharon tuvo palabras de apoyo para policías y militares --"Todo el país está con vosotros"-- y de comprensión para los colonos: "Comparto vuestra angustia".

En su breve discurso, Sharon insistió en que Israel "no puede mantener Gaza, donde más de un millón de palestinos viven hacinados en campos de refugiados" y afirmó que la retirada es la única respuesta posible a la situación que vive el país. Además, advirtió a los palestinos de que si hay ataques desde la franja tras la evacuación, la "respuesta de Israel será más dura que nunca".

Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ), afirmó que la salida de Gaza es "un paso importante e histórico", pero exigió que "no debe limitarse sólo a Gaza, sino extenderse a Jerusalén Este y Cisjordania hasta llegar a las fronteras de 1949". Un paso que Sharon no está dispuesto a dar.