Río de Janeiro siguió viviendo ayer escenas que parecían copiadas del conflicto de Oriente Próximo. Apoyados por helicópteros, paracaidistas del Ejército cercaron 44 puntos de las favelas Penha y Complejo del Alemán, en la zona norte de la ciudad, desde donde el narcotráfico lanzó su último desafío. El operativo ya involucra directamente a las Fuerzas Armadas. Se trataba de evitar que los jefes de las bandas escapasen.

La ola de violencia desatada el pasado domingo ha dejado en el camino 44 muertos, 76 vehículos incendiados, 192 detenidos y unas 50 armas decomisadas. Más de 17.500 policías militares han sido enviados a los puntos más calientes de la periferia. 44 favelas han sido literalmente invadidas por las fuerzas de seguridad.

Los mayores enfrentamientos tuvieron ayer lugar en el Complejo del Alemán. Los tiroteos entre el Batallón 16 y los delincuentes comenzaron de mañana y sembraron el pánico entre los residentes. Los narcos volvieron a demostrar hasta dónde llega su poder y dispararon con armas pesadas a los helicópteros.

La disputa entre el Estado y las bandas es claramente territorial. El secretario de Seguridad Pública, José Mariano Beltrame, reconoció que se está tratando de ocupar zonas que no estaban bajo control del poder público. Respecto a lo ocurrido el jueves en Vila Cruzeiro, dijo: "Hemos devuelto la libertad a 12.000 personas que ya están libres de la amenaza de un fusil".

BANDIDOS REFUGIADOS Ahora, el problema es el Complejo del Alemán. Allí fueron a refugiarse centenares de bandidos que dominaban la favela lindante.

La participación, aunque en un segundo plano, del Ejército, fue autorizada por el presidente de Brasil. Con esta medida se marca un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico en una ciudad que en menos de cuatro años será una de las sedes del Mundial de fútbol y, en el 2016, organizará los JJOO. "Se trata de un día histórico. Las fuerzas armadas y las civiles estamos hermanadas en este desafío. No tengo duda de que el apoyo militar será de enorme importancia", dijo el gobernador Sergio Cabral. "Nuestro objetivo es apoyar las operaciones de la policía. La función del Ejército será ofrecer protección en el perímetro de las favelas, es decir cercar", subrayó el ministro de Defensa, Nelson Jobim.

Los militares que ayer entraron en acción formaron parte de las fuerzas de la ONU que combatieron a las bandas criminales de Haití tras el terremoto.