El Ejército de Pakistán anunció ayer haberse hecho con el control de la localidad de Kotkai, uno de los principales feudos de los talibanes en el departamento tribal de Waziristán del Sur, escenario desde hace una semana de una vasta operación militar contra los extremistas islámicos. "El lugar era un bastión de los terroristas en el que la mayoría de las casas habían sido convertidas en fuertes búnkeres", señaló ayer el portavoz del Ministerio de Defensa paquistaní, Athar Abbas.

Es la segunda vez en una semana que los militares arrebatan a los talibanes esta localidad, calificada de "estratégica" por el Ejército. El pasado lunes cayó en manos de los soldados, pero poco después los talibanes tomaron el control, lo que da cuenta de lo dura que es la lucha que se libra en esta provincia.

Según dijo Abbas, en las últimas 24 horas han muerto en enfrentamientos armados tres soldados y 21 talibanes. Desde que arrancó la ofensiva, hace una semana, el total de insurgentes abatidos es de 163, y 23 los militares. Los talibanes, sin embargo, hablan de víctimas civiles.

Waziristán del Sur es el centro de operaciones de los talibanes paquistanís y se considera también una zona refugio para los talibanes de Afganistán y los extranjeros que combaten en las filas de la organización Al Qaeda.

En la ofensiva militar participan más de 30.000 soldados, apoyados por helicópteros y aviones de combate, además de piezas de artillería. A pesar del potencial bélico, el avance de las tropas es lento y muy difícil.

La respuesta de los talibanes a la gran ofensiva militar ha sido incrementar sus ataques en forma de atentados suicidas por todo el país. Uno de los últimos se produjo el viernes en una instalación de la fuerza aérea en Peshawar, y mató a 8 personas.

Por otro lado, un supuesto avión no tripulado de EEUU mató ayer a al menos 15 personas en la región tribal de Bajaur, en el noroeste de Pakistán. Según las autoridades, todos los fallecidos "eran insurgentes, incluidos extranjeros".