No puedo hacerme el sordo ante el mensaje que ha enviado la gente", afirmó Abdulá Gul tras la mayoría absoluta conseguida por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) en las elecciones del pasado 22 de julio. En la campaña electoral, el PJD esgrimió el bloqueo a Gul como candidato a la Presidencia de la República por parte de los militares y la oposición como un ataque a la democracia, así que los islamistas tuvieron que volver a proponer al todavía ministro de Exteriores como candidato a la jefatura del Estado.

Pero la cuestión de quién ocupará el palacio presidencial no es baladí para los militares, ya que es un cargo tradicionalmente ligado al laicismo y, además, el presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Los militares están descontentos con la nueva nominación de Gul y, el jueves, el jefe del Estado Mayor, Yasar Buyukanit, se reafirmó en que desea un presidente "que defienda el laicismo en esencia y no solo de palabra".

Tras su reelección como candidato, Gul intentó templar los ánimos: "La protección del laicismo y la imparcialidad serán mis objetivos como presidente. Los principios de la Constitución serán mi guía". Pero los militares siguen inquietos, apoyados por el principal grupo de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (PRP).

Los generales turcos, con una importante tradición golpista, publicaron el 27 de abril el llamado "memorando electrónico", dirigido contra la primera candidatura de Gul a la presidencia. Pero el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan fue el primero de la historia turca en reaccionar con dureza a una advertencia militar y recordó al Ejército que debe lealtad al primer ministro. "La victoria del PJD en las elecciones del 22 de julio no ha cambiado la opinión del Ejército respecto a Gul, pero ahora los militares saben que no pueden intervenir tan fácilmente porque no pueden ir contra la voluntad popular", explicó a este diario Lale Sariibrahimoglu, especialista militar del rotativo Today´s Zaman .

La elección de Gul como presidente creará algunas tensiones, eso sí. "Los militares no acudirán a las recepciones del nuevo presidente y mandarán a oficiales de bajo rango para intentar desacreditar a Gul", vaticina Sariibrahimoglu. Los políticos del PRP actuarán del mismo modo y han anunciado que boicotearán de nuevo la votación presidencial. "Gul no respeta los principios básicos de la República, ni el laicismo ni los acuerdos nacionales. Empieza un peligroso periodo. En 10 o 20 años, cambiará el aspecto de Turquía hacia un islam más conservador", auguró el líder del PRP, Deniz Baykal.

Pero el resto de la oposición ha decidido esta vez optar por una actitud más moderada y no unirse al boicot del PRP.

Con el anuncio de los ultranacionalistas del Partido de Acción Nacionalista (PAN) y los kurdos del Partido de la Sociedad Democrática (PSD) de que participarán en el proceso parlamentario de elección presidencial que empieza el lunes, se deshace la posibilidad de que una falta de quórum impida seguir las votaciones, como ocurrió en abril.

COLABORACION KURDA "Nuestro partido no hace política a base de crisis", señaló Mehmet Sandir, vicepresidente del PAN, partido que considera que el PJD, como vencedor en las urnas, tiene derecho a postular a la Presidencia a quien quiera. También los kurdos del PSD se muestran dispuestos a colaborar, lo que enfurece al Ejército y a los círculos laicos: islamistas y separatistas , trabajando codo con codo.