El Ejército tailandés desbancó ayer del poder al primer ministro del país, Thaksin Shinawatra, conocido como el Berlusconi asiático , mediante un golpe de Estado incruento que comenzó por la tarde cuando 10 tanques irrumpieron en las calles de Bangkok y rodearon la sede del Gobierno. Dos horas después, los militares, sin tener que disparar ni un solo tiro, habían tomado el control de la capital y ocupado la radiotelevisión pública, desde donde proclamaron el éxito del levantamiento.

Antes, los golpistas habían entrado en el palacio del Gobierno. Mientras, en las calles, unidades de soldados tomaban posiciones estratégicas, aunque sin interrumpir el tráfico.

FIDELIDAD AL MONARCA El golpe de Estado fue capitaneado por el general Sondhi Bunyaglarin, que declaró la ley marcial, revocó la Constitución y anunció la lealtad de los golpistas al rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej. De hecho, de madrugada, los golpistas se reunieron con el rey para decidir la formación de un Gobierno provisional.

En un comunicado, los militares anunciaron que habían constituido un Consejo de Reforma Administrativa, que reformará la Constitución.

Un portavoz de los golpistas aseguró que la presencia en el poder de los militares "será corta" y que el poder "será devuelto pronto al pueblo". Además, justificó el golpe por la necesidad de derrocar al primer ministro que "había dividido el país y propiciado la corrupción".

EN MEDIO DEL DISCURSO El golpe se produjo mientras el primer ministro se encontraba en Nueva York con motivo de la cumbre de la ONU. De hecho, cuando la transmisión televisiva se interrumpió por el golpe, se llevaban 10 minutos de emisión en las cadenas públicas del discurso ante la ONU de Shinawatra, que en un primer momento y por teléfono decretó el estado de emergencia.

El de ayer es el primer golpe de Estado que vive Tailandia en 15 años. No obstante, en este país los levantamientos son usuales, pues desde 1932 se han producido 23 golpes y ha habido 16 constituciones. El levantamiento militar confirmó los rumores que circulaban por la capital tailandesa desde hacía meses. La figura de Shinawatra, un político populista y multimillonario, suscitaba el rechazo de algunos sectores del Ejército y del antiguo establishment tailandés, que le acusaban de favorecer la corrupción y de gobernar para los nuevos ricos.

La situación del primer ministro se había deteriorado después de que su partido, una formación llamada Los Tailandeses Aman a los Tailandeses, ganara las elecciones del pasado mes de abril, que fueron anuladas por inconstitucionales y cuya nueva celebración se aplazó hasta el próximo mes de noviembre. No obstante, los sondeos apuntaban a que el actual primer ministro volvería a ganar.

CONDENA EUROPEA La Unión Europea condenó el golpe mientras que Estados Unidos expresó su deseo de que la situación se resolviera de forma "pacífica" y "democrática".