El cadáver del miembro del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que está siendo aseado y que aparece en la fotografía fue abatido por el Ejército turco el pasado mes de julio. A pesar de que las autopsias oficiales se negaron a certificar nada inusual, la Asociación Derechos Humanos (IHD) --que ha cedido la imagen-- denunció que este y otros cadáveres presentan restos de productos químicos. Un informe forense del Hospital Universitario de Hamburgo, hecho a petición del semanario alemán Der Spiegel , certifica la presencia de productos químicos. "Hay indicios de que el Ejército turco utiliza armas químicas contra el PKK", explica Ismail Akbulut, representante de la Asociación de Derechos Humanos en la provincia de Hakkari. Turquía firmó en 1997 la Convención sobre Prohibición del Desarrollo, Producción y Almacenamiento de Armas Químicas, y hasta ahora ha aprobado 12 inspecciones. Un representante del Gobierno ha negado que los miembros del PKK hayan sido abatidos con armas químicas, tildando las acusaciones de "propaganda del PKK".

DEFORMAR LOS CUERPOS Existe otra posibilidad. "Respecto a este último caso aún no estamos seguros de si los muertos han sido víctimas de armas químicas o se han utilizado productos químicos para deformar los cadáveres tras su muerte", dice Ismail Akbulut.

A mediados de los años noventa, la foto de un soldado turco posando con las cabezas decapitadas de dos miembros del PKK enfureció a Europa. Desde entonces no se habían detectado abusos sistemáticos de los cadáveres de los rebeldes kurdos, pero en los últimos meses las denuncias se han multiplicado.

Un activista de derechos humanos explica que, en julio, recibió la llamada desesperada del único superviviente de un comando del PKK. El hombre, encarcelado, afirmaba que los soldados turcos le habían amenazado con decapitar el cuerpo de su comandante, cuyo alias era Capitán zgür , si no cantaba. Los militares cumplieron su promesa. "Comprobamos que ocho guerrilleros habían sido mutilados. Les habían cortado manos, pies y cabeza. En el caso de las mujeres, habían jugado con sus miembros sexuales", relata el activista de la organización humanitaria que atendió al denunciante.

CALCINADOS La pasada semana se detectó otro caso: cinco cadáveres de militantes del PKK abatidos en Batman fueron devueltos a sus familias completamente calcinados, denuncia la organización humanitaria.

"El Estado turco no respeta las normas de la guerra", se queja Ismail Akbulut, a la vez que añade: "Es necesaria una investigación internacional sobre lo que está pasando".