El Ejército ugandés ha sido acusado de matar a 66 niños durante operaciones armadas en el noroeste del país, denunció hoy un informe de la organización "Save the Children" (Salven a los Niños).

Los presuntos asesinatos se produjeron el 12 de febrero durante una misión para recuperar armas ilegales de la región de Karamoja, una zona que ha estado durante años bajo el poder de grupos de pastores armados. Los pastores son acusados de robar el ganado a sus vecinos a través de las fronteras con Kenia y Sudán.

El informe de 13 páginas elaborado por "Save the Children", tras entrevistar a 256 personas de tres localidades, identificó 66 asesinatos de niños presuntamente perpetrados por soldados del Ejército.

Los niños, agrega el informe, fueron "tiroteados, aplastados por una desbandada de animales desesperados y atropellados por vehículos armados". Los testigos también reportaron que "posteriormente se pusieron minas, causando actualmente riesgos para los niños y los animales."

En uno de los incidentes, los militares fueron acusados de "convocar una falsa asamblea" durante la cual dispararon contra la muchedumbre. "La comunidad se movilizó rápidamente para acudir a escuchar lo que los militares tenían que comunicarles, y cuando la gente se estaba acomodando, los militares comenzaron a disparar", contó uno de los presentes. "Un hombre mayor, que estaba movilizando a la gente, y un niño fueron los primeros objetivos", agregó.

El informe explica que "entre la confusión la gente empezó a correr mientras los tiros continuaban y entonces los vehículos blindados avanzaron hacia la población".Otro testigo narró que vio "huellas de ruedas de vehículos blindados y un helicóptero de combate sobrevolando la zona".

Cuando preguntó qué estaba pasando le contestaron que los adultos y los jóvenes habían podido escapar, pero que los niños y la gente mayor habían quedado atrapados en el lugar de los hechos. "Algunos niños trataron de huir pero estaban completamente confundidos por los disparos, y no sabían qué dirección tomar", explicó el mismo testigo. "Entre la confusión -añadió- muchos corrieron hacia las posiciones militares y allí fueron disparados".El Ejército ugandés desmintió el informe y dijo que es víctima de "malos informadores con intereses".

Un portavoz del Ejército, teniente Henry Obbo, dijo a Efe que ningún niño fue afectado por la operación militar, que no tuvo más víctimas que los "52 ladrones de ganado reincidentes" que murieron. "Descubrimos una manada escondida de miles de vacas robadas y cuando nos dirigíamos allí los pastores, unos criminales adultos, abrieron fuego, así que los perseguimos", explicó Obbo.

Obbo dijo que encontraron a "los criminales" en tres lugares donde no hay asentamientos humanos. "Los ladrones de ganado trataron de engañarnos vistiéndose con ropas de mujer y uniformes de colegiales", añadió Obbo.

Investigación policial

"Save the Children" pidió al gobierno de Uganda que inicie una investigación en profundidad sobre las prácticas de su ejército en la operación de desarme y que se comprometa a asegurar el respeto de los derechos humanos, incluyendo la protección de los niños.

El informe también hizo un llamamiento para que se abra una investigación internacional e independiente de los hechos del 12 de febrero y se persiga a los culpables y cómplices de los graves abusos contra los niños y la gente de Karamoja. Las operaciones de desarme en la región de Karamoja desataron fuertes choques entre los guerreros Karamajong y los militares ugandeses.

Un informe del año pasado del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas dijo que el proceso de desarme se había caracterizado por una extrema brutalidad y serios abusos de los derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales y torturas, cometidos con impunidad por parte de los militares ugandeses.