El régimen tunecino celebró ayer unas elecciones presidenciales y legislativas destinadas a renovar en el poder al presidente Zin al Abidín Ben Alí, de 68 años de edad, que opta a un cuarto mandato de cinco años. La oposición, que denuncia que estos comicios no respetan ninguna garantía democrática, adelanta que Ben Alí saldrá reelegido con un porcentaje de votos semejante al de las últimas elecciones, en las que ganó con un 99,44% de los sufragios.

Ayer, 4,5 millones de tunecinos estaban convocados en 13.000 colegios electorales para elegir al presidente y a los 189 miembros de la Cámara de Diputados. A mediodía, las autoridades informaron de que había votado un 74,13% de electores.

En estos comicios, Ben Alí será plebiscitado sin mayores problemas, pues ante él sólo tiene a tres candidatos, dos de los cuales pertenecen a partidos títeres que apoyan a la formación política del presidente, la Agrupación Constitucional Democrática.

El único candidato independiente es Mohamed Alí Haluani, del partido Etaydid (Renovación), el antiguo Partido Comunista, que ha tildado a los otros dos aspirantes "de participantes decorativos" para "una pluralidad de fachada", y que ha denunciado que su manifiesto electoral fue requisado por las autoridades, que lo juzgaron demasiado crítico con el régimen. Etaydid ha visto como el Gobierno le ha impedido acceder a los medios de comunicación.

MANO DE HIERRO Ben Alí, que gobierna Túnez con mano de hierro desde hace 17 años, tuvo que reformar la Constitución, que sólo tolera tres mandatos seguidos, para poder presentarse.

El presidente, constantemente denunciado por ONG internacionales por violaciones de los derechos humanos, dirige un régimen autoritario de corte occidentalizado que ha exterminado a la oposición islamista mediante una feroz represión y que no tolera la libertad de prensa.