La limpieza del sistema político británico, tras el escándalo de los gastos parlamentarios, se cobró ayer la cabeza del portavoz de la Cámara de los Comunes. Michael Martin, de 63 años, es el primer speaker forzado a dejar ese puesto institucional en los últimos tres siglos. En una alocución de 35 segundos, Martin anunció su renuncia, sin dejar que los que le habían condenado loaran ahora sus cualidades.

La sacudida, que ha roto la tradición del Parlamento británico, puede no ser la última. La dimisión se consumó después de un humillante debate el día anterior y de que una veintena de diputados presentara ayer una moción de confianza contra el portavoz. Martin se resistía a marchar, pero al perder el apoyo del primer ministro, Gordon Brown --con el que se entrevistó la tarde anterior-- no tuvo otra opción que dejar el cargo que ocupaba desde el año 2000.

COMISION INDEPENDIENTE La noticia de su renuncia, que se hará efectiva el 21 de junio, vino acompañada del anuncio de Brown de un plan para reformar el sistema de remuneraciones de los diputados, que podrían ser gestionados por una comisión independiente y externa al Parlamento, en lugar de los comités actuales. Westminster no puede seguir funcionando "como un club de caballeros", donde los "diputados se inventan las reglas y operan con ellas" y sean al mismo tiempo "juez y parte", señaló el primer ministro.

Brown, como el resto de la clase política, intenta desesperadamente recuperar la confianza de los electores pero el alcance de la reforma, de la que solo hizo un breve esbozo, está por ver. Ayer, el líder laborista culpó al sistema por el marasmo actual, alegando que solo un número minoritario de diputados ha infringido las normas y prometiendo castigo para todos ellos.

El primer ministro dijo que las elecciones anticipadas no son la respuesta. "Esos que creen que todo esto puede ser arreglado cambiando unos cuantos nombres en unas cuantas placas, están equivocados", afirmó.

La policía metropolitana, por su parte, hizo saber que no investigará la forma en que el Daily Telegraph obtuvo la lista de gastos. La gestión de Martin nunca ha sido brillante y desde que comenzó el escándalo de las facturas venía siendo criticado por miembros de todos los partidos. Sus detractores le acusan de tratar de bloquear la reforma de los gastos y su publicación.

Cuando el Daily Telegraph publicó los detalles, en lugar de pedir perdón, su reacción fue llamar a la policía para que investigara la filtración. Por ese motivo, dio la impresión de que le preocupaban más las consecuencias del escándalo, que la inmoralidad de lo ocurrido.