Las élites políticas y militares de Corea del Norte han jurado este martes lealtad al líder del régimen de Pionyang, Kim Jong-un, en el marco de una ceremonia conmemorativa del segundo aniversario de la muerte de Kim Jong-il. Este juramento de fidelidad se produce apenas unos días después de que el dirigente del régimen comunista ordenara una purga política que ha supuesto la ejecución de su tío y número dos del régimen.

Kim Jong-un ha sido el centro de atención de un gran acto en recuerdo de su padre al que han asistido miles de miembros destacados del Partido de los Trabajadores y el Ejército. Las imágenes ofrecidas por la televisión oficial le han mostrado con semblante serio siguiendo la ceremonia. No ha acudido a este acto su tía, Kim Kyung Hui, hermana de Kim Jong-il y esposa del ejecutado Jang Song Thaek, aunque esta tampoco asistió a la ceremonia del año pasado. Choe Ryong-hae, considerado ahora número dos del régimen, ha pronunciado un discurso lleno de alabanzas hacia Kim Jong-il y hacia Kim Jong-un.

Concentración de poder

Los analistas consideran que con la purga política, y especialmente con la ejecución de su tío, Kim-Jong un ha concentrado todo el poder del régimen. "Eliminando a la única otra facción, el poder en Corea del Norte está ahora completamente concentrado en Kim Jong-un", ha subrayado Cheong Seong-jang, del Instituto Sejong, un 'think tank' establecido en Seúl.

Kim asumió el poder en diciembre del 2011 tras la repentina muerte de su padre. En un periodo relativamente corto de tiempo ha continuado por una parte el programa de su padre, ordenando el tercer ensayo nuclear del régimen, y por otra, ha eliminado a su tío, la única persona que podría haberle hecho sombra y haber supuesto una amenaza. También ha relevado a la mayor parte de dirigentes de la vieja guardia, sustituyendo a los militares veteranos por otros más cercanos a su edad.