El juicio político contra el presidente estadounidense, Donald Trump, por sus presiones a Ucrania comenzó ayer en el Senado de EEUU, cuyos miembros debatieron durante varias horas sobre las reglas que gobernarán el proceso de destitución, conocido en inglés como impeachment.

«Iniciamos el tercer juicio político para la destitución de un presidente en la historia de Estados Unidos», dijo el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, poco antes del comienzo formal del proceso en el pleno de la Cámara Alta.

El presidente del Tribunal Supremo de EEUU, John Roberts, que la semana pasada tomó posesión como jefe del Senado temporal durante el juicio político, arrancó el proceso con una serie de trámites burocráticos, entre ellos el juramento del senador republicano Jim Inhofe, el único que faltaba por integrar el jurado del proceso, compuesto por los legisladores de la Cámara Alta.

McConnell presentó entonces su resolución para las reglas del juicio político, que contemplan 24 horas repartidas a lo largo de tres días para los argumentos de cada parte, a diferencia de su propuesta inicial que marcaba dos jornadas.

El líder de la mayoría republicana en el Congreso modificó su plan inicial tras las críticas recibidas, ya que suponía que las sesiones podrían extenderse hasta la madrugada. La jornada se alargó hasta que se aprobaron las reglas definitivas. Los demócratas tenían la intención de plantear varias enmiendas.

«La resolución de McConnell podría resultar en un juicio acelerado, con pocas pruebas y en la oscuridad de la noche», advirtió el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.

Uno de los fiscales demócratas de la Cámara Baja, el congresista Adam Schiff, expresó formalmente su oposición a esas reglas al comenzar el juicio, mientras que el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, las respaldaba rotundamente. «(Las normas serían) una forma justa de llevar a cabo este juicio», afirmó el abogado de Trump.

DOS CARGOS CONTRA TRUMP / Schumer opinó que las «acciones del presidente son un crimen contra la propia democracia», y pidió que se permita incluir pruebas y llamar a nuevos testigos.

«El presidente Donald Trump está acusado de coaccionar a un líder extranjero para interferir en nuestras elecciones» subrayó Schumer.

El juicio político contra Trump se basará en dos cargos, los de abuso de poder y obstrucción al Congreso, relacionados con las presiones a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en las elecciones de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.

Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden. Es improbable que los demócratas reúnan la mayoría de dos tercios necesaria para destituir a Trump, dado que los republicanos controlan 53 de los cien escaños del Senado y no se espera que nadie vote en su contra.